jueves, 1 de mayo de 2014

Observación reveladora de lo que hay en el espacio intergaláctico

El espacio entre las galaxias es en muchos aspectos un inmenso vacío solitario, aunque eso no significa que no haya absolutamente nada en él. Sin embargo, hasta ahora, la estructura del medio intergaláctico ha sido sobre todo una cuestión de especulación teórica.

Desde finales de los años 80 y principios de los 90, los teóricos habían venido pronosticando que el gas primigenio del Big Bang (la colosal explosión con la que nació el universo) no está distribuido uniformemente a través del espacio, sino que lo está en canales o filamentos que abarcan galaxias y que fluyen entre ellas. Esta “telaraña cósmica” es una red de filamentos de diversos tamaños entrecruzándose unos con otros a través de la vastedad del espacio. La arquitectura de esta red se remonta muy hacia atrás en el tiempo, hasta la era cuando las primeras galaxias se estaban formando, y en ellas se forjaban estrellas a un ritmo muy rápido.

Ahora, en una observación pionera que quizá marque un antes y un después en la astronomía del medio intergaláctico, unos astrónomos del Instituto Tecnológico de California (Caltech) en Pasadena, Estados Unidos, han conseguido imágenes con un nivel de detalle sin precedentes de ese fantasmal medio interestelar, y dichas imágenes muestran claramente al gas difuso que conecta las galaxias a través del universo. Este logro ha sido posible gracias al CWI (Cosmic Web Imager), un instrumento diseñado y construido en el Caltech e instalado en el Telescopio Hale del Observatorio de Monte Palomar.


Observación del quásar QSO 1549+19 hecha con el CWI. El color azul muestra el gas hidrógeno que rodea al quásar y que fluye hacia el interior de éste. (Foto: Christopher Martin, Robert Hurt)



Las nuevas imágenes muestran la primera panorámica tridimensional del medio interestelar.

El CWI fue concebido y desarrollado por el físico Christopher Martin del Caltech, con la ayuda de Matt Matuszewski de la misma institución.

Los primeros filamentos cósmicos observados con el CWI se hallan en las cercanías de dos objetos muy brillantes: un quásar catalogado como QSO 1549+19, y lo que se conoce como una burbuja Lyman alfa, en un naciente cúmulo de galaxias llamado SSA22. Estos objetos fueron elegidos por Martin para las observaciones iniciales porque son brillantes, iluminando así lo suficiente su entorno intergaláctico y facilitando la detección de señales luminosas de dicho medio interestelar.

Los objetos observados mediante el CWI datan de aproximadamente 2.000 millones de años después del Big Bang.

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