viernes, 24 de enero de 2014

Herschel descubre vapor de agua en el planeta enano Ceres

El observatorio espacial Herschel de la ESA ha descubierto vapor de agua en el entorno de Ceres. Se trata de la primera detección inequívoca de vapor de agua en un objeto del cinturón de asteroides.

Ceres, con un diámetro de 950 kilómetros, es el mayor objeto del cinturón de asteroides, que se encuentra entre las órbitas de Marte y Júpiter. A diferencia de la mayoría de los asteroides, Ceres es prácticamente esférico y pertenece a la categoría de los ‘planetas enanos’, en la que también se encuentra Plutón. 

Se piensa que Ceres está formado por varias capas, con un núcleo rocoso rodeado por un manto de hielo. La confirmación de la presencia de agua congelada en el cinturón de asteroides tiene importantes repercusiones para comprender la evolución de nuestro Sistema Solar.

Hace 4.600 millones de años, cuando se formó el Sistema Solar, la región central estaba demasiado caliente como para que el agua se pudiese condensar en los planetas interiores: Mercurio, Venus, la Tierra y Marte. Se piensa que el agua llegó a estos planetas hace unos 3
.900 millones de años, durante una larga época de frecuentes impactos de asteroides y cometas. 

(Foto: ESA/ATG Medialab)


Los cometas son conocidos por contener agua helada pero ¿y los asteroides? Los científicos sospechaban que había agua en el cinturón de asteroides, ya que algunos cuerpos presentan una actividad similar a la de los cometas – los conocidos como Cometas del Cinturón Principal – pero hasta ahora no se había podido confirmar de forma concluyente la presencia de esta molécula en la región. 

Durante el estudio de Ceres realizado con el instrumento HIFI de Herschel se han recogido datos que confirman que la superficie de este objeto está emitiendo chorros de vapor de agua. 

“Es la primera vez que se detecta agua en el cinturón de asteroides, y confirma que Ceres presenta una superficie de hielo y una atmósfera”, explica Michael Küppers, del Centro Europeo de Astronomía Espacial de la ESA en Madrid, autor principal del artículo publicado ayer en Nature.

Aunque Herschel no haya sido capaz de tomar una imagen nítida de Ceres, los astrónomos han podido determinar la distribución de las fuentes de vapor de agua en su superficie al estudiar cómo variaba la señal del agua durante las 9 horas que tarda este planeta enano en dar una vuelta sobre sí mismo. Prácticamente todo el vapor procede de sólo dos puntos de su superficie. 

“Calculamos que se están produciendo unos 6 kg de vapor de agua por segundo, lo que significaría que sólo una pequeña fracción de Ceres está cubierta de hielo. Esta hipótesis encaja perfectamente con las dos regiones puntuales que hemos observado”, explica Laurence O’Rourke, Investigador Principal del programa de observación de asteroides y cometas de Herschel (MACH-11) y coautor del artículo publicado en Nature. 

Este vapor se podría generar a través de un mecanismo de sublimación: el hielo se calienta y se transforma directamente en gas, arrastrando consigo el polvo de la superficie y dejando al descubierto hielo fresco con el que continúa el proceso. Así es como funcionan los cometas. 

Las dos regiones emisoras de vapor son un 5% más oscuras que el resto de la superficie de Ceres, lo que significa que son capaces de absorber más luz solar y por lo tanto deberían ser más cálidas, lo que implicaría una sublimación más eficiente de los pequeños depósitos de agua congelada. 

Una hipótesis alternativa sería la actividad de géiseres o de volcanes de hielo (criovulcanismo), que podría estar jugando un importante papel en la superficie del planeta enano. 

A principios de 2015 la misión Dawn de la NASA llegará a Ceres para estudiar de cerca su superficie y monitorizar cómo evolucionan las emisiones de vapor de agua. 

“El descubrimiento de Herschel nos aporta nuevos datos sobre la distribución de agua en el Sistema Solar. Como Ceres constituye aproximadamente la quinta parte de la masa total del cinturón de asteroides, este descubrimiento no sólo es importante para el estudio de los cuerpos más pequeños del Sistema Solar, sino que también nos ayuda a comprender mejor el origen del agua en nuestro planeta”, explica Göran Pilbratt, Científico del Proyecto Herschel para la ESA. (Fuente: ESA)


domingo, 19 de enero de 2014

Mancha solar gigantesca

Una de las manchas solares más grandes de los últimos nueve años, catalogada con el nombre de AR1944, se ha visto a principios de enero de 2014, y el satélite astronómico SDO (Solar Dynamics Observatory, u Observatorio de Dinámica Solar), de la NASA, la ha observado detalladamente.

Esta enorme mancha solar se deslizó, desde la perspectiva visual de la Tierra, asomando primero por el borde izquierdo del disco solar sobre el 1 de enero pasado, y moviéndose después hacia la derecha, siguiendo la rotación del Sol.

Las manchas solares son áreas oscuras en la capa del Sol que convencionalmente se identifica como la superficie. Contienen conjuntos complejos de fuertes campos magnéticos y están sujetos a cambios constantes. Las manchas solares pueden llegar a ser más grandes que la Tierra.

Las manchas solares son parte de lo que se conoce como regiones activas, y entre las que también figuran regiones de la corona, una capa solar análoga a la parte alta de una atmósfera, por encima de la capa de las manchas solares.


Una de las manchas solares más grandes de los últimos nueve años, catalogada con el nombre de AR1944, ha sido vista a principios de enero de 2014. Se ha agregado una imagen de la Tierra para ofrecer una mejor referencia de tamaño. (Imagen: NASA / SDO)


Las regiones activas pueden ser el origen de algunos de los fenómenos más violentos en el Sol, como las erupciones solares, en las cuales el astro rey emite enormes fogonazos de luz y demás radiación a consecuencia de la liberación brusca de energía magnética, o las eyecciones de masa coronal que envían enormes nubes de material solar hacia el espacio.

Esos intrincados campos magnéticos pueden generar fenómenos de lo que se conoce como "meteorología espacial", y que pueden provocar daños que abarcan desde interferencias o errores en los sistemas de comunicaciones y el cese total del funcionamiento de algunos satélites, hasta cortes prolongados de suministro eléctrico en zonas geográficas amplias de la superficie de la Tierra.

Las manchas solares, conocidas por la humanidad desde hace siglos, constituyeron uno de los fenómenos astronómicos que más enfrentaron ciencia y religión en el pasado. Cuando la astronomía empezó a ser una ciencia empírica, bastantes de las observaciones que recogía contradecían el concepto religioso-estético que de los cielos se tenía. Su supuesta inmutabilidad se veía perturbada por la aparición y desaparición de estrellas (novas y otros fenómenos), lo que desconcertaba por completo a los teólogos. El dogma de la inmutabilidad del firmamento también englobaba al Sol. Cuando, valiéndose de los primeros telescopios, algunos astrónomos empezaron a informar de las manchas solares, las autoridades eclesiásticas se escandalizaron ante lo que consideraban una mentira blasfema. En el concepto religioso-estético que de los cielos se tenía, el Sol, como una obra divina, debía ser perfecto, inmaculado, sin manchas ni imperfecciones.

viernes, 17 de enero de 2014

Está naciendo un enorme cúmulo de estrellas a 36.000 años-luz de la Tierra

Sector central de W49A. La región más brillante en el centro de la imagen mide menos de tres años-luz de diámetro, y sin embargo contiene tanta cantidad de gas molecular como 50.000 soles. (Foto: Roberto Galván Madrid, ESO / Hauyu Baobab Liu, ASIAA / Tzu-Cheng Peng, ESO)
W49A es un formidable vivero de estrellas, a solo 36.000 años-luz de la Tierra. Se trata de una zona de formación estelar muy activa que es 100 veces más brillante que la nebulosa de Orión, pero está tan oscurecida por el polvo que envuelve el "vivero", que de éste escapa muy poca luz visible o infrarroja.

Mediante el SMA (Smithsonian's SubMillimeter Array, o Conjunto Submilimétrico Smithsoniano), se ha conseguido vislumbrar lo que hay justo al otro lado de esta densa cortina de polvo, y de este modo conocer algunos de los asombrosos rasgos de este vivero de estrellas.

El núcleo de W49A alberga un cúmulo enorme y sorprendentemente compacto de estrellas. Unas 100.000 estrellas ya existen dentro de un espacio de tan sólo 10 años-luz. La diferencia es brutal con respecto a la zona del cosmos donde vivimos, en la cual hay menos de 10 estrellas a 10 años-luz de nuestro Sol. En unos pocos millones de años, el cúmulo gigante de estrellas en W49A estará tan atestado de soles como un cúmulo globular.

El SMA también ha revelado una intrincada red de filamentos abasteciendo de gas el centro, de un modo que recuerda bastante a los afluentes que alimentan de agua a los grandes ríos de la Tierra. Los filamentos gaseosos en W49A forman tres grandes corrientes, que, a una velocidad de unos 7.200 kilómetros por hora (unas 4.500 millas por hora), o alrededor de 2 kilómetros por segundo, transportan hacia el interior de W49A material para la construcción de estrellas.


El SMA ha permitido trazar un mapa muy detallado del gas molecular dentro de W49A. Las observaciones indican que la zona de 30 años-luz en el centro mismo de W49A tiene una densidad varios cientos de veces mayor que la densidad reinante en las nubes moleculares típicas de la Vía Láctea. En total, la nebulosa contiene una cantidad de gas equivalente a 1 millón de soles, principalmente hidrógeno molecular.

El hecho de ser más densa que las nubes corrientes, ayudará a que el cúmulo estelar de W49A sobreviva como tal. La mayoría de los cúmulos de estrellas en el disco galáctico se disuelven rápidamente, ya que sus estrellas se alejan unas de otras bajo la influencia de efectos gravitatorios que se pueden describir como mareas gravitacionales o un "tira y afloja" cósmico. Ésta es la razón por la que ninguna de las estrellas hermanas del Sol permanecen en sus cercanías.

Dado que es tan compacto, el cúmulo naciente en W49A podría permanecer intacto durante miles de millones de años.

La investigación la ha llevado a cabo un amplio equipo que incluye, entre otros científicos, a Roberto Galván Madrid, del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, Hauyu Baobab Liu del Instituto de Astronomía y Astrofísica (ASIAA) dependiente de la Academia Sínica, en Taiwán, y Qizhou Zhang, del Centro para la Astrofísica (CfA) en Cambridge, Massachusetts, gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, las tres instituciones en Estados Unidos.

lunes, 13 de enero de 2014

Investigan nuevas teorías más allá del modelo estándar de física de partículas

El descubrimiento del Bosón de Higgs, en julio del año 2012, cerró una etapa en las investigaciones de los físicos de partículas pero una serie de temas aún por descifrar mantienen en alerta a los científicos del mundo. En Chile, el Investigador Joven del Departamento de Física de la Universidad Técnica Federico Santa María y Doctor en Física, Antonio Cárcamo, se adjudicó un proyecto Fondecyt de Iniciación para desarrollar su investigación titulada “Multi Higgs Models with discrete Flavour symmetries”.

El objetivo de este proyecto es “estudiar las implicaciones de diferentes teorías que van más allá del modelo estándar de física de partículas, en las masas y mezclas de fermiones elementales (quarks y leptones)”, señala el Dr. Antonio Cárcamo, quién explica que una de las problemáticas con el modelo estándar es que “éste no explica la jerarquía de masas de los fermiones elementales, es decir, de los quarks y los leptones, y tampoco explica los ángulos de mezcla de las diferentes familias de fermiones”.

Agrega que “en el modelo estándar no se explica por qué los ángulos de mezcla entre las familias de quarks son pequeños mientras que dos de los ángulos de mezcla entre las familias de leptones son grandes y uno es pequeño. Tampoco el modelo estándar explica por qué hay tres familias de fermiones elementales”. En el modelo estándar, el problema de la jerarquía de masas de los fermiones elementales se traslada al problema de la jerarquía en la intensidad de las interacciones de dichas partículas con el bosón de Higgs.

“Las partículas elementales adquieren masa mediante la interacción con el bosón de Higgs y dicha masa es directamente proporcional a la intensidad de dicha interacción. Un electrón al moverse en el campo de Higgs siente una fricción o resistencia a su movimiento, la cual corresponde a su masa. El quark top interactúa muy fuertemente con el bosón de Higgs; la intensidad de su interacción con el campo de Higgs es un millón de veces más fuerte que la del electrón, y su masa es de alrededor de un millón de veces mayor que la del electrón. El fotón no interactúa con el Higgs, y su masa es nula”.


En ese sentido, su investigación se plantea como una extensión del modelo estándar de física de partículas. “Uno trata de explicar las jerarquías de masa y ángulos de mezcla entre las familias de los fermiones elementales, entonces hay diferentes posibilidades que uno puede explorar. Además, uno tiene que asumir que aparte del Bosón de Higgs descubierto hay otros bosones más pesados así como también, en algunos casos, suponer la existencia de fermiones exóticos (quarks y leptones exóticos) muy pesados, los cuales todavía no han sido descubiertos”. Las masas de dichas partículas y la intensidad de sus interacciones con el resto de partículas quedarán restringidas por observables, como por ejemplo la probabilidad de decaimiento del bosón de Higgs a pares de fotones y la razón entre las masas de los bosones W y Z, portadores de la interacción electrodébil”. 

“Lo que yo espero es encontrar una teoría que permita dar con una simetría discreta entre las partículas elementales y que permita predecir la jerarquía de masa y los ángulos de mezcla entre las familias de fermiones y que tenga el menor número posible de parámetros. Una teoría predictiva tiene menor cantidad de parámetros que de observables. Entonces lo que yo busco es explorar diferentes posibilidades, para ver cuál es la teoría más consistente con los resultados experimentales”, explica.

A juicio del Dr. Cárcamo, la determinación de la existencia del Bosón de Higgs vino a confirmar el actual modelo de la física de partículas. “Lo que no se sabe hasta el momento es si este bosón es parte del modelo estándar de física de partículas o si pertenece a una teoría más complicada, que tiene otras partículas adicionales más pesadas que no se han descubierto hasta el momento. Tampoco se sabe si el bosón de Higgs es una partícula elemental o una partícula compuesta. Además, el modelo estándar carece de un mecanismo que explique por qué la masa del bosón de Higgs es 126 GeV, es decir 126 veces la masa del protón. Hay que tener en cuenta que la escala hasta la cual se supone que el modelo estándar es válido es 17 órdenes de magnitud mayor y las correcciones cuánticas a la masa del bosón de Higgs en este modelo dependen cuadráticamente de dicha escala”.


Respecto a los nuevos horizontes que abrió este descubrimiento, el investigador cree aún queda mucho por explorar, “pienso que en unos años, cuando se aumente la energía del gran Colisionador de Hadrones, se podrá confirmar o descartar la existencia de partículas adicionales al Bosón de Higgs”.

Pero las interrogantes por resolver no se quedan solo en ese tema, ya que el modelo estándar tiene, en opinión del experto, otros vacíos, como por ejemplo éste no provee una explicación para la materia oscura ni para la energía oscura. Sabemos que “la materia visible, es decir la materia contenida en las galaxias del universo corresponde al 5% de la materia del universo, mientras que el 20% del universo es de materia oscura. La existencia de la materia oscura se postuló para poder suministrar una explicación teórica de las curvas de rotación de las galaxias que sea consistente con las observaciones”.

“Por otro lado, para explicar la expansión del universo se necesita un 75% más de energía que la predicha con las teorías de gravitación de Einstein. A esta energía se le llama energía oscura. Hasta el momento no se ha determinado cuál es la partícula que corresponde a la materia oscura. Hay varios candidatos a materia oscura, como por ejemplo los neutrinos y los bosones de Higgs pesados. Dado que una partícula candidata a materia oscura debe interactuar débilmente con las partículas conocidas, podría existir la posibilidad de que bosones de Higgs adicionales que todavía no han sido descubiertos tengan las características para ser candidatos a materia oscura. Probablemente las partículas más pesadas pueden ser candidatas a materia oscura, es un tema que hay que investigar”, finaliza. (Fuente: USM/DICYT)

viernes, 10 de enero de 2014

La medida más precisa de las galaxias lejanas

En la reunión anual de la Sociedad Astronómica Americana se han anunciado los últimos datos del Baryons Oscillation Spectroscopic Survey (BOSS). El equipo que integra este espectroscopio ha informado que ha logrado tomar la medida, con una precisión sin precedentes del 1%, de la distancia a galaxias lejanas localizadas a más de 6.000 millones de años luz de la Tierra.

"No hay muchas cosas en nuestra vida cotidiana que conozcamos con una precisión del 1%", dice David Schlegel, investigador principal del proyecto y físico del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (LBNL). “Ahora conozco el tamaño del universo mejor que el de mi casa".

Toda medida conlleva un grado de incertidumbre, que puede expresarse como un porcentaje de aquello que se mide –por ejemplo, si se mide una distancia de 200 km con un error de 2 km del valor real, la precisión sería del 1%–. En astronomía sólo unos pocos cientos de estrellas y algunos cúmulos están lo suficientemente cerca para que las distancias medidas tengan esa precisión.


Ilustración de la medida tomada por BOSS. Las esferas muestran el tamaño actual de las oscilaciones acústicas de bariones (BAO) de los inicios del universo, que han ayudado a establecer la distribución de las galaxias, con una ligera tendencia a alinearse a lo largo de los bordes de las esferas. Las BAO se pueden usar como una regla (línea blanca) para medir las distancias a todas las galaxias del universo. (Foto: Zosia Rostomian, Lawrence Berkeley National Laboratory)
Casi todas estas estrellas están a sólo unos pocos miles de años luz de distancia, dentro de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Por tanto, llegar a medir distancias un millón de veces más lejanas con esta precisión es un reto en astronomía.

Para llevar a cabo estas medidas BOSS ha utilizado la medida de las denominadas oscilaciones acústicas de bariones (BAO), unas ondas periódicas del universo primitivo que permiten conocer la distribución de galaxias en el universo.

Estas ondas de sonido tienen una longitud conocida que se puede usar para medir distancias y deducir el ritmo de expansión del universo en el pasado. Como el tamaño original de estas ondas es conocido, se puede obtener su medida actual para cartografiar galaxias, lo que ha permitido ubicar 1,2 millones de galaxias.


En esta investigación han participado los científicos Licia Verde y Antonio Cuesta del Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona (ICCUB), en España. En concreto han efectuado los cálculos necesarios para determinar cómo la medida de la distancia promedio a estas galaxias afecta a nuestro conocimiento del contenido de materia y energía del universo.

"La precisión de la medida de distancia de BOSS, complementada con otras fuentes de información cosmológica, ofrecen la mejor determinación hasta la fecha de la historia de la expansión del universo, de su geometría y de su contenido de materia y energía”, destaca Verde.




Los resultados de estos cálculos restringen los posibles valores de los seis parámetros que describen nuestro universo, como son su expansión en el momento presente, su curvatura o el contenido de materia oscura”, apunta Cuesta.

De hecho, las medidas ponen nuevos límites a las propiedades de la misteriosa materia oscura que se piensa llena el espacio vacío, lo que provoca la expansión acelerada del universo.

Hasta ahora, las mediciones de BOSS parecen consistentes con una forma de energía oscura que se mantiene constante a través de la historia del Universo. Esta ‘constante cosmológica’ es uno de los seis números necesarios para hacer un modelo que una la forma y la estructura a gran escala del universo.

El proyecto BOSS, que lidera Schlegel desde el Lawrence Berkeley National Laboratory,  forma parte del tercer proyecto de Exploración Digital del Espacio Sloan (Sloan Digital Sky Survey, SDSS-III) y en él participan entre otros un grupo de astrofísicos españoles.

El SDSS se inició el año 2000 y desde el principio ha examinado más de una cuarta parte del cielo nocturno y ha producido el mapa tridimensional en color del universo más grande que se haya hecho nunca. (Fuente: UB)

martes, 7 de enero de 2014

Confirman que nuestra galaxia tiene cuatro brazos

Un estudio de 12 años de duración sobre estrellas masivas ha confirmado que nuestra galaxia tiene cuatro brazos espirales, marcando así un punto y final en el largo debate que se inició a raíz de unas imágenes captadas por el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA que mostraban sólo dos brazos.

Los astrónomos no pueden observar directamente el aspecto de nuestra galaxia, la Vía Láctea, por la circunstancia obvia de que estamos en su interior. Sin embargo, sí es posible deducir su forma observando cuidadosamente sus estrellas y las distancias de éstas hasta nosotros.


Aquí se muestra la distribución de estrellas masivas halladas en el nuevo estudio. Nuestra posición en la galaxia está marcada por un círculo negro. (Imagen: J. Urquhart et al. Imagen de fondo: Robert Hurt del Centro de Ciencia del Spitzer)


En la década de 1950, unos astrónomos usaron radiotelescopios para crear un mapa de nuestra galaxia. Sus observaciones se centraron en nubes de gas de la Vía Láctea en las que nacen nuevas estrellas, y condujeron a la conclusión de que nuestra galaxia posee cuatro brazos principales. El Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, por su parte, escudriñó en la galaxia la luz infrarroja emitida por las estrellas. En 2008 se anunció que el Spitzer había encontrado cerca de 110 de millones de estrellas, pero evidencias de sólo dos brazos espirales.

El equipo de Melvin Hoare, de la Universidad de Leeds en el Reino Unido, y James Urquhart, del Instituto Max Planck de Radioastronomía en Bonn, Alemania, utilizó varios radiotelescopios en Australia, Estados Unidos y China para observar de forma individual unas 1.650 estrellas masivas. A partir de sus observaciones, se calcularon las distancias y luminosidades de las estrellas masivas, revelando que se distribuyen en cuatro brazos espirales.


Los resultados del nuevo estudio no implican ningún error en los datos captados por el Telescopio Espacial Spitzer. Simplemente, el Spitzer está diseñado para captar estrellas mucho menos calientes y de menor masa (estrellas como nuestro Sol) que son mucho más numerosas que las estrellas masivas rastreadas en el nuevo estudio.

Las estrellas masivas son mucho menos comunes que las de menor masa, ya que su vida es corta (unos 10 millones de años, una cifra diminuta en comparación con la de miles de millones de años de otras estrellas). El hecho de que tengan una vida más corta hace que sólo estén presentes en los brazos en los que se formaron, lo cual podría explicar la discrepancia en el número de brazos galácticos que han determinado diferentes equipos de investigación

jueves, 2 de enero de 2014

Crece la atención científica hacia el Mar del Kraken y el Mar de Ligeia en Titán

El Mar del Kraken y el Mar de Ligeia, los dos mares más grandes de Titán, una luna de Saturno, reciben cada vez más atención por parte de la comunidad científica, a medida que avanza la exploración a distancia en ellos y que se obtienen nuevos datos.

Titán es uno de los lugares más similares a la Tierra en el sistema solar y el único lugar, aparte de nuestro planeta, que tiene masas líquidas estables en su superficie. En el caso de Titán, dichas masas alcanzan esencialmente la categoría de lagos si nos guiamos por las pautas típicas de la Tierra, aunque algunos de los mayores lagos de Titán merecen ser llamados mares.

Las últimas observaciones indican que el Mar del Kraken es más extenso y complejo de lo que se creía. También demuestran que casi todos los lagos y mares de Titán se encuentran en una zona de aproximadamente 900 X 1.800 kilómetros. Sólo el 3 por ciento del líquido en la superficie de Titán está fuera de esta área.

La pregunta obvia, que también se hacen los científicos, es: ¿Por qué casi todos los lagos y mares de Titán están restringidos a esa área? Las nuevas imágenes sugieren que las características geológicas de los terrenos rocosos sobre los que están aposentadas esas masas líquidas deben ser la causa principal de esta concentración de lagos y mares, tal como razona Randolph Kirk, un miembro del equipo de radar de la sonda espacial Cassini en el USGS (el servicio estadounidense de prospección geológica), en Flagstaff, Arizona. Se cree que la geología que ha hecho posible esa concentración de lagos y mares en Titán tiene cierto parecido con la que hizo posible en la Tierra la formación del Lago Lahontan, un lago prehistórico que estaba cerca del Lago Tahoe, en Nevada y California. Las deformaciones idóneas de la corteza crearon grandes fisuras aptas para llenarse de líquido y retenerlo ahí.

La ubicación del Mar del Kraken. (Imagen: NASA/JPL-Caltech/ASI/USGS)

También se ha verificado que el Mar de Ligeia tiene unos 170 metros (560 pies) de profundidad. Las mediciones muestran que dicho mar es más profundo, al menos en un lugar, que la profundidad media del Lago Michigan de la Tierra.

Ésta es la primera vez que se consigue medir la profundidad de un lago o mar en Titán. Esto fue posible en parte porque el líquido es muy puro, permitiendo que la señal del radar lo atraviese fácilmente. La superficie de la masa líquida está tan quieta que constituye una capa tan lisa y suave como la de pintura sobre por ejemplo un automóvil, y debido a ello le facilita mucho la labor al radar.


Los resultados de los análisis indican que el líquido es principalmente metano, en la Tierra más conocido por su estado gaseoso natural y como ingrediente mayoritario o casi exclusivo del combustible conocido popularmente como gas natural.

Ahora ya es posible estimar el volumen total de los líquidos en la superficie de Titán. Basándose en el trabajo de Marco Mastrogiuseppe, un miembro del equipo de radar de la Cassini en la Universidad La Sapienza de Roma, Italia, así como en los cálculos realizados por Alexander Hayes, de la Universidad Cornell en Ithaca, Nueva York, hay unos 9.000 kilómetros cúbicos (unas 2.000 millas cúbicas) de hidrocarburos líquidos, unas 40 veces más que todas las reservas de petróleo de la Tierra medidas fehacientemente.

Con las observaciones realizadas hasta la fecha por la sonda espacial Cassini, de la NASA, se ha confeccionado ahora una serie de representaciones en 3D que permiten apreciar mejor algunos de los principales mares y lagos de Titán:


El mecanismo de las supernovas más brillantes del universo

La detección reciente de dos de las supernovas más brillantes y más distantes conocidas, ubicadas a unos 10.000 millones de años-luz y un centenar de veces más luminosas que una supernova normal, pone de manifiesto que estas dos explosiones titánicas no pudieron producirse mediante el mecanismo responsable común de las supernovas normales, que es el desmoronamiento de una estrella masiva sobre sí misma, un proceso que da como resultado un agujero negro o una estrella de neutrones común.

Otro fenómeno, muchísimo más potente, tuvo que entrar en escena. ¿Pero cuál?

Los resultados del nuevo estudio realizado por el equipo de D. Andrew Howell, de la Universidad de California en Santa Bárbara, California, Estados Unidos, y miembro del SNLS (Supernova Legacy Survey), parecen indicar que las supernovas de tan extraña y potente clase probablemente son alimentadas por la creación de un magnetar, una estrella de neutrones extraordinariamente magnetizada dando muchas vueltas sobre sí misma cada segundo.


Una pequeña porción de una de las imágenes panorámicas del firmamento captadas en el Proyecto SNLS mostrando a la supernova SNLS-06D4eu y su galaxia anfitriona, tal como se señala mediante la flecha. La supernova y su galaxia están tan lejos de la Tierra que ambas aparecen como un único punto diminuto de luz. Los objetos grandes y brillantes, con halo y rayos en cruz, son estrellas de nuestra propia galaxia. En general, los demás puntitos de luz son galaxias distantes. (Imagen: UCSB)


Los magnetares tienen la masa del Sol concentrada en una estrella del tamaño de una gran ciudad y poseen campos magnéticos del orden del centenar de billones de veces mayores que el de la Tierra.

Aunque algunas de estas supernovas superluminosas han sido avistadas desde que se descubrió a la primera en 2009, y la creación de un magnetar se había postulado como una posible fuente de energía, el trabajo de Howell y sus colegas es el primero en el que se obtiene una concordancia clara entre las observaciones detalladas que se han hecho hasta ahora y las reconstrucciones ofrecidas por modelos digitales sobre cómo podría ser una explosión de esa clase.