lunes, 2 de diciembre de 2013

El enigma de la tormenta de siglos de duración en Júpiter


La impresionante Gran Mancha Roja de Júpiter, vista por la sonda espacial Voyager 1, y procesada para resaltar los colores rojo y azul a expensas del verde. (Foto: NASA JPL)
La enigmática persistencia de la Gran Mancha Roja de Júpiter, una tormenta colosal que se inició hace siglos y que todavía no ha cesado, desafía las explicaciones científicas convencionales. Ahora unos especialistas en dinámica de fluidos geofísicos han preparado un nuevo modelo que parece explicar por qué la misteriosa Gran Mancha Roja del planeta no ha desaparecido pese a los siglos transcurridos desde su formación.

La Gran Mancha Roja de Júpiter es uno de los mayores misterios del sistema solar. Por lo que los científicos saben en materia de dinámica de los fluidos, esta masiva tormenta, lo bastante grande para que en su interior quepan dos o tres planetas del tamaño de la Tierra, debería de haber desaparecido hace siglos.

Pedram Hassanzadeh, de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts, y Philip Marcus, de la de California en Berkeley, ambas universidades en Estados Unidos, creen que pueden explicar el motivo de esa inusual persistencia de la tempestad en el planeta más grande de nuestro sistema solar.

Atendiendo a las teorías comúnmente aceptadas, la Gran Mancha Roja debió desaparecer después de varias décadas tras su inicio. En cambio, ha estado allí durante centenares de años.

Hay muchos procesos capaces de disipar vórtices como el de la Mancha Roja. La turbulencia y otros fenómenos que ocurren en la misma y a su alrededor tienden a debilitar la fuerza de sus vientos. El vórtice también pierde energía al radiar calor. Por último, esta supertormenta se mantiene entre dos fuertes corrientes en chorro que fluyen en direcciones opuestas y que podrían desacelerar su giro.


Algunos modelos digitales muestran que un gran vórtice puede ganar energía si absorbe periódicamente vórtices más pequeños, lo que le permitiría durar mucho más tiempo. Sin embargo, no parece que esto suceda con una frecuencia suficiente como para explicar la longevidad de la Gran Mancha Roja.

En un intento de desentrañar el misterio de la supervivencia de la Mancha Roja, Hassanzadeh y Marcus elaboraron un modelo propio. Este modelo difiere de los existentes porque es totalmente tridimensional y de muy alta definición.

Muchos modelos de vórtices se concentran en los torbellinos de vientos horizontales, donde reside la mayor parte de la energía. Pero los vórtices también tienen flujos verticales, aunque éstos poseen una cantidad muy inferior de energía.

En el pasado, los investigadores ignoraron el flujo vertical porque no lo consideraron importante, o emplearon aproximaciones demasiado simplificadas, debido a que es muy difícil de modelar.

Pero resulta que el movimiento vertical de las masas de aire es el que contiene la clave para explicar el motivo de la longeva persistencia de la Gran Mancha Roja. A medida que el vórtice pierde energía, el flujo vertical transporta hacia su centro gases calientes de los niveles más altos y gases fríos de debajo del vórtice, restaurando parte de su energía perdida.

El modelo también predice la existencia de un flujo radial que succiona vientos ultraveloces de las fuertes corrientes en chorro hacia el centro del vórtice. Esto le bombea más energía, permitiéndole durar mucho más tiempo.

Hassanzadeh y Marcus saben que su modelo no explica por completo la larga duración de la Mancha Roja. Pero consideran que la absorción ocasional de vórtices menores, que concuerda con las observaciones, puede proporcionar la energía extra necesaria para permitir a la Gran Mancha Roja alcanzar los siglos de edad que ya tiene. Ya tienen planeado investigar más a fin de corroborar debidamente su teoría.


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