viernes, 6 de septiembre de 2013

Aumento espectacular de las olas de calor para las próximas décadas

Es previsible que eventos meteorológicos extremos, tales como la severa ola de calor que asoló Estados Unidos el año pasado, o la desencadenada en el 2010 en Rusia, sean más frecuentes en el futuro cercano.

Hace unas décadas, olas de calor como esas eran muy raras. Hoy, debido al calentamiento global, en verano ya hay cada mes olas de calor con esa magnitud en el 5 por ciento de la superficie terrestre. Y se estima que el fenómeno se duplique para el 2020 y llegue a cuadruplicarse alrededor del 2040, según un nuevo e inquietante estudio realizado por científicos del Instituto para la Investigación de Impactos del Clima, en Potsdam, Alemania, y la Universidad Complutense de Madrid en España. Esta nueva investigación se suma a otras que coinciden en señalar un auge futuro de las olas de calor.



Un aumento adicional de las olas de calor en la segunda mitad de nuestro siglo podría detenerse si se redujeran sustancialmente las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Si no se logra esa reducción de las emisiones, en muchas regiones los meses de verano más fríos a finales del siglo serán más calientes que los más cálidos que experimentamos en nuestros días. "Estaríamos en presencia de un nuevo régimen climático". Así lo sentencia Dim Coumou del Instituto para la Investigación de Impactos del Clima.

Las olas de calor exceden por un amplio margen la variabilidad natural al alza usual de las temperaturas de verano en una región dada. Son períodos que a menudo provocan pérdidas en las cosechas, incendios forestales, y hasta un aumento claro en la tasa de fallecimientos de personas.

Si se continúa emitiendo CO2 como hasta hoy, las olas de calor del verano podrían afectar a hasta un 85 por ciento de la superficie terrestre para el año 2100, a juzgar por lo que muestra el estudio.

Además, olas de calor aún más severas, que actualmente casi nunca ocurren, podrían afectar a hasta el 60 por ciento de la tierra habitada del planeta si se cumplen los pronósticos del equipo de Coumou y Alexander Robinson.

Aunque las medidas para mitigar el cambio climático podrían impedir que esto ocurra, el aumento que se calcula para mediados de siglo parece ser ya imparable, sin importar cuál sea el escenario de emisiones de gases de efecto invernadero con que se hagan las estimaciones. Como dice Coumou, ya hay suficiente gas con efecto invernadero en la atmosfera como para que un aumento a corto plazo en la incidencia de las olas de calor sea algo ya casi inevitable.

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