viernes, 9 de marzo de 2012

Los caóticos movimientos del gas en un cúmulo de galaxias

Unas observaciones recientes han revelado un paisaje caótico y fascinante en Abell 2052, un cúmulo de galaxias situado a unos 480 millones de años-luz de la Tierra. Jirones de gas agitándose como serpientes enloquecidas, o emulando al chapoteo generado en el agua por una bestia marina que se revuelve furiosamente en ella, presiden esta imagen inquietante de la inmensa masa de gas con temperaturas de millones de grados.

Este espectáculo dantesco tiene como escenario una región que mide cerca de un millón de años-luz de extremo a extremo.

El equipo de la investigadora Tracy Clarke, del Laboratorio de Investigaciones Navales de la Marina Estadounidense, ha hecho estas fascinantes observaciones y está ahora profundizando en su análisis y realizando una inspección más detallada de la zona, valiéndose de datos obtenidos por el Observatorio Espacial Chandra de rayos X, así como por el telescopio VLT.

El panorama desvelado por el equipo de investigación presenta una enorme estructura en espiral en el gas caliente. Ampliando la imagen, se aprecian en el cúmulo algunos "huecos" o "burbujas" que rodean a una galaxia elíptica gigante situada en la zona central. La espiral de gas se inició cuando un pequeño cúmulo de galaxias chocó con uno más grande cerca de esa galaxia central.

La atracción gravitacional del cúmulo más pequeño llevó al gas caliente fuera del cúmulo central hacia el cúmulo pequeño. Una vez que éste pasó por el núcleo del cúmulo central, el movimiento del gas se invirtió y fue atraído de nuevo hacia el centro del cúmulo principal.


Este movimiento caótico en Abell 2052 ayuda a esparcir y redistribuir a los elementos pesados como el hierro y el oxígeno, que son creados a partir de las explosiones de supernovas. Esos elementos pesados serán por tanto parte de la composición de las futuras estrellas y planetas en una región cósmica relativamente grande.

En la investigación también han trabajado Scott Randall del Centro para la Astrofísica, gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, así como especialistas de la Universidad de Waterloo en Canadá, y las de Boston, Virginia y Maryland en Estados Unidos.

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