jueves, 9 de abril de 2015

Nuevo descubrimiento sugiere que los cimientos de la química de la vida son universales

Crédito:B. Saxton (NRAO/AUI/NSF)

Por primera vez, gracias a ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), los científicos han podido detectar la presencia de moléculas orgánicas complejas en un disco protoplanetario. Este tipo de moléculas son los componentes esenciales de la vida, por lo que este descubrimiento es un gran paso hacia la comprensión de cómo surge la vida.

Alrededor de la joven estrella MWC 480, ALMA ha observado grandes cantidades de cianuro de metilo (CH3CN), presentes en su disco protoplanetario en grandes cantidades. Además, también se ha detectado  ácido cianhídrico (HCN) en la región exterior del disco protoplanetario, que correspondería al Cinturón de Kuiper de nuestro Sistema Solar, y que en MWC 480 se cree que alberga cometas.

Los cometas conservan la información original de la química temprana del Sistema Solar. Los científicos tienen la teoría de que estos cuerpos helados enriquecieron con moléculas orgánicas y agua a una joven Tierra sembrando el caldo de cultivo a partir del cual surgió la vida.


Ahora, por primera vez, los científicos han podido constatar que esta química existe en otras partes del Universo.


La estrella MWC 480 posee aproximadamente dos veces la masa del Sol, y está a unos 455 años luz, en Tauro. Su disco protoplanetario se encuentra en las primeras etapas de desarrollo, es decir, recientemente, ha comenzado a condensarse a partir de una fría nube de gas y polvo. Los investigadores han llegado a detectar signos evidentes de formación planetaria en el disco.

Las oscuras y frías nubes interestelares son eficientes fábricas de moléculas orgánicas complejas, incluyendo a un grupo de moléculas conocidas como cianuros.

Los cianuros y, en concreto, el cianuro de metilo, son importantes porque contienen enlaces carbono–nitrógeno: estos enlaces son esenciales para la formación de los aminoácidos, son la base para la creación de las proteínas y constituyen los componentes esenciales para la construcción de la vida. Sin embargo, hasta ahora se desconocía si estas moléculas podrían sobrevivir a las condiciones hostiles que se dan en el entorno de una estrella joven ya que las radiaciones fuertes pueden llegar a romper estos enlaces. Ahora sabemos que estas moléculas no son sólo capaces de sobrevivir, sino también de prosperar.

Además, la proporción de moléculas orgánicas complejas detectadas en los discos protoplanetarios es mayor que la localizada en las nubes interestelares. Dado que este sistema continúa evolucionando, los astrónomos especulan que es probable que las moléculas orgánicas, protegidas y a salvo en el interior de cometas y otros cuerpos helados, sean transportadas a entornos más enriquecedores para la vida.

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