Cambiar la teoría del origen del Universo podría ser posible gracias a los
trabajos de investigación científica que se realizarán a través del Gran
Telescopio Milimétrico (GTM), el más grande del mundo en su tipo. Con el GTM se
podrán observar los confines del Universo, el nacimiento de las galaxias y las
regiones donde se forman las estrellas y los planetas.
En el medio
interestelar, actualmente hay identificadas alrededor de 180 moléculas en el
medio interestelar y circunestelar, algunas de ellas, las más complejas, están
relacionadas con la materia viva, por ejemplo, los aminoácidos, que son
componentes muy complicados y afines a los orígenes de la vida. Es importante
saber si las primeras galaxias que se formaron tenían los elementos básicos para
gestar vida. Esta información nos remitirá a nuestro lugar en el Universo; no
como algo aislado, sino como producto de él y de su evolución.
“Implica
una gran responsabilidad, porque, hasta donde sabemos, somos los únicos seres
conscientes del Universo”, explica el doctor Miguel Chávez Dagostino, Director
Científico del gtm.
La observación a través del Telescopio Milimétrico
nos va a permitir poner el conocimiento en un contexto evolutivo. Es como si
fueran fotos en diferentes tiempos.
Los trabajos de observación ya
iniciaron e incluso han podido detectar galaxias del orden de once mil millones
de años luz de distancia. Con esta información se podrá conformar una
cartografía a través de la identificación del número de objetos celestes y sus
propiedades físicas en diferentes épocas de la evolución del
Universo.
Además, está programado realizar estudios de sistemas solares
similares al nuestro o que se encuentren en formación. “Tendremos fotografías de
lo que pudiera haber sido nuestro sistema solar cuando era mucho más joven. Con
el Gran Telescopio Milimétrico, el análisis del Universo va a cubrir
prácticamente todos los niveles de distancia y de escalas temporales”, afirma
Miguel Chávez, quien tiene el doctorado en Astrofísica por la Escuela
Internacional de Estudios Avanzados (isas), en Italia.
La formación de
estructuras en el Universo (galaxias, estrellas y planetas) está asociada a la
presencia de material muy frío (del orden de 240 grados centígrados bajo cero) y
por lo tanto la detección de estas estructuras sólo es posible a través de
observaciones en el lejano infrarrojo, submilímetros y en longitudes de onda
milimétricas, de allí la importancia del gtm. Porque la luz puede tener colores
como los rayos gamma, rayos x, ultravioleta, luz visible, infrarrojo, milímetros
y ondas de radio.
La luz viaja a una velocidad enorme, pero no infinita,
por ejemplo, de la luna a la Tierra tarda un segundo y la que proviene del Sol
se demora 8 minutos. Es decir, la luz de los objetos astronómicos que están más
alejados de la Tierra tarda más en llegarnos; en ocasiones vemos algunas
estrellas que ya están muertas.
Hay galaxias que se formaron y su luz
tardó en llegar a la Tierra unos 12 mil millones de años (cuando el Universo
tenía apenas el 10% de su edad actual), por ello va a ser posible observar sus
orígenes.
Entender cómo se originó el Universo, cómo evolucionó, cómo se
formaron los planetas y las estrellas, el Sol y la Tierra, entre otros, nos pone
en perspectiva cósmica. Mucha información que se tiene del Universo se va a
confirmar o, quizá, a cambiar.
“El gtm es un proyecto binacional liderado
por el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, inaoe, y su
socio en Estados Unidos, la Universidad de Massachusetts. Es una colaboración
importante, por la transferencia de conocimiento en materia de ciencia,
tecnología, ingeniería, sistemas de control e instrumentación”, informa el
doctor David H. Hughes, director e investigador principal del gtm.
El GTM
se encuentra ubicado en el volcán Sierra Negra, en el Municipio de Atzitzintla,
estado de Puebla, a 4,600 metros de altura. Su antena tiene un diámetro de 50
metros (actualmente opera con 32m de apertura) y es capaz, no solo de apuntar
con gran precisión hacia objetos en la bóveda celeste, sino de seguir su
trayectoria aparente, contrarrestando, de esta forma, el efecto de la rotación
de la Tierra. El Gran Telescopio Milimétrico “Alfonso Serrano”, lleva el nombre
del principal promotor de este proyecto.
“Para realizar los primeros
trabajos de observación, se recibieron 34 propuestas de instituciones nacionales
e internacionales. Los temas incluyen: formación de planetas, distribución de
gas y polvo en nuestra galaxia, galaxias cercanas, y formación de galaxias en el
Universo muy lejano, por citar sólo algunas propuestas”, asegura el doctor
Hughes, quien es doctor en Astrofísica por la Universidad Central de Lancashire
en el Reino Unido.
Desde los hombres primitivos hasta los científicos
modernos han encontrado en el cielo el más extraordinario de los enigmas. El
Universo es la enorme incógnita que nos gustaría resolver y una nueva etapa se
inicia en la historia de la astronomía con el Gran Telescopio
Milimétrico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario