Antes de convertirse en supernova, algunas grandes estrellas sufren una especie
de "miniexplosión", lanzando al espacio una buena porción de su material. Aunque
varios modelos predicen este comportamiento, y las evidencias obtenidas de
algunas supernovas apuntan en esta dirección, en realidad las observaciones de
tales estallidos previos a las explosiones han sido muy inusuales. En una nueva
investigación dirigida por Eran Ofek, del Instituto Weizmann de Ciencia, en
Israel, se ha encontrado que un estallido tuvo lugar poco tiempo antes (sólo 40
días) de que una estrella masiva sufriera una explosión de
supernova.
Este hallazgo fue bastante inesperado, pero los científicos
supieron sacarle partido. La cronología de eventos y la masa del material
eyectado les ayudaron a validar un modelo particular que predice este tipo de
eventos previos a la explosión de supernova. El análisis estadístico demostró
que no había más que un 0,1 por ciento de probabilidades de que la explosión
previa y la supernova fueran acontecimientos sin relación entre
ellos.
Los resultados de la investigación ayudan a clarificar la
secuencia de acontecimientos que conducen a una supernova, y también
proporcionan información reveladora sobre los procesos que tienen lugar en los
núcleos de estrellas tan masivas a medida que avanzan hacia la etapa final de
sus vidas.
La supernova estudiada, conocida como SN 2010mc, fue de Tipo II.
La
estrella comenzó siendo una estrella masiva, con al menos 8 veces la masa de
nuestro Sol. A medida que una estrella de esta clase envejece, la fusión nuclear
interna que la mantiene en funcionamiento produce elementos cada vez más
pesados, hasta que su núcleo llega ser mayormente de hierro. En este punto, el
pesado núcleo se derrumba, aplasta y comprime sobre sí mismo con rapidez, y la
estrella explota.
En la investigación han trabajado una veintena de
científicos de Israel, Estados Unidos y el Reino Unido.
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