Valoramos al oro por muchas razones: su belleza, su utilidad para fabricar
joyas, y su escasez. El oro es escaso en la Tierra, en parte porque también es
poco común en el universo. A diferencia de elementos como el carbono o el
hierro, el oro no se puede crear dentro de una estrella; tiene origen en un
fenómeno mucho más titánico e impresionante que las catástrofes cósmicas
comunes. Un caso de ese raro fenómeno titánico acaeció en junio de este año. Se
trata de lo que se conoce como "estallido breve de rayos gamma".
Las
observaciones de este fogonazo han proporcionado evidencias de que fue el
resultado de la colisión entre dos estrellas de neutrones, o sea los núcleos
muertos de estrellas que previamente explotaron como supernovas pero, pese a
comprimirse mucho, no se han convertido en agujeros negros. Con todo, la
densidad es formidable. La materia de una estrella de neutrones alcanza
densidades que no existen de forma natural en la Tierra: Una simple cucharada de
la materia de la que está hecha una estrella de neutrones pesa más que las
montañas del Himalaya.
De hecho, la composición química de una estrella
de neutrones tiene muy poco que ver con la de la materia de cualquier astro
normal, o sea menos comprimido. La compresión que reina en una estrella de
neutrones es tan brutal que en los átomos fuerza a los electrones a
"incrustarse" contra los protones, dando lugar a neutrones. De ahí que a esta
clase de objetos se les llame estrellas de neutrones.
Por otra parte, un
singular resplandor que persistió durante varios días en la ubicación del
estallido de rayos gamma, potencialmente indica la creación de cantidades
sustanciales de elementos pesados, incluyendo el oro.
El equipo de Edo
Berger, del Centro para la Astrofísica (CfA) en Cambridge, Massachusetts,
gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto
Smithsoniano, las tres instituciones en Estados Unidos, estima que la cantidad
de oro producido y expulsado durante la fusión de dos estrellas de neutrones
puede ser tan grande como 10 veces la masa de la Luna.
Una explosión de
rayos gamma es un destello o fogonazo de luz de alta energía (rayos gamma)
causado por un fenómeno, esencialmente explosivo, y en el que intervienen
niveles colosales de energía. La mayoría de estos fenómenos violentísimos se
producen a gran distancia de la Tierra, para fortuna de la humanidad. Berger y
sus colegas estudiaron el estallido de rayos gamma, conocido como GRB 130603B,
que, a una distancia de 3.900 millones de años-luz de la Tierra, es una de las
explosiones más cercanas detectadas hasta la fecha.
Los estallidos de
rayos gamma son de dos clases, larga y corta, dependiendo de cuánto tiempo dura
el destello de rayos gamma. El GRB 130603B, detectado por el satélite Swift de
la NASA el 3 de junio pasado, duró menos de dos décimas de
segundo.
Aunque los rayos gamma desaparecieron con rapidez, GRB 130603B
también mostró un brillo fuera de la banda de los rayos gamma, que tardó
bastante más en desaparecer, y que lo hizo de manera paulatina. Ese resplandor
estuvo dominado por la luz infrarroja. Su brillo y el comportamiento no
coinciden con el "resplandor remanente" típico que se crea cuando un chorro de
partículas de alta velocidad choca contra materia de su entorno.
En vez
de eso, la luz se comportó como si procediera de elementos radioactivos
exóticos. El material rico en neutrones expulsado por el choque entre estrellas
de neutrones puede generar tales elementos, que luego experimentan un proceso de
desintegración radiactiva, emitiendo un resplandor que está dominado por la luz
infrarroja, exactamente lo que observó el equipo.
Los astrónomos habían estado buscando una prueba inequívoca de la relación entre
un fogonazo de rayos gamma y una colisión entre estrellas de neutrones. Todo
apunta a que el resplandor radioactivo de GRB 130603B es esa prueba tan buscada,
tal como subraya Wen-fai Fong, del equipo de investigación.
Los autores
del estudio calculan que una masa de alrededor de la centésima parte de la de
nuestro Sol fue eyectada durante la colisión asociada al destello de rayos
gamma. Una parte de ese material expulsado es oro.
Combinando la
estimación del oro producido por un solo fogonazo corto de rayos gamma, con la
cantidad de tales estallidos que se han producido a lo largo de la historia del
universo, los resultados indican que todo el oro del cosmos puede haberse
originado en los fenómenos titánicos asociados a los fogonazos de rayos
gamma.
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