Hasta ahora los científicos consideran que los planetas rocosos surgen de los
discos de materia que rodean las estrellas recién nacidas. Pero, por primera
vez, un equipo de astrónomos ha observado un disco polvoriento similar alrededor
de una enana marrón, una ‘estrella fallida’. El sorprendente hallazgo sugiere
que los planetas rocosos pueden ser más comunes de lo que se pensaba.
La
comunidad científica suponía que los granos de las regiones exteriores que
rodean una enana marrón –un objeto parecido a las estrellas, pero demasiado
pequeño para brillar como ellas– no podían crecer ni crear planetas debido a la
dispersión de los discos donde se encuentran, además de que las partículas se
moverían demasiado rápido como para unirse al colisionar.
Pero según las
observaciones del conjunto de telescopios Atacama Large Millimeter/submillimeter
Array (ALMA), en Chile, ese planteamiento no es correcto y los granos podrían
llegar a formar planetas rocosos.
Hasta ahora se creía que este tipo de
planetas se forman a través de las colisiones aleatorias y la unión de lo que,
en un principio, serían partículas microscópicas del disco de material que rodea
a las estrellas. Este diminuto material, conocido como polvo cósmico, es
parecido al hollín o a granos de arena muy fina.
Además, las teorías
predominantes afirman que, en el entorno de las enanas marrones, cualquier grano
que quisiera formarse se movería con rapidez hacia la enana marrón,
desapareciendo de las partes exteriores del disco en las que podrían
detectarse.
“Nos sorprendió muchísimo encontrar granos de tamaño
milimétrico en ese disco delgado y pequeño,” dice Luca Ricci, del Instituto
Tecnológico de California (EE.UU.), quien lidera un equipo de astrónomos con
sedes en EEUU, Europa y Chile.
“En las frías regiones exteriores del
disco que rodea a la enana marrón no deberían formarse granos sólidos de ese
tamaño, pero parece que se forman. No estamos seguros de que puedan
desarrollarse planetas rocosos completos, o de si ya ha ocurrido antes, pero
estamos viendo los primeros pasos, de manera que tendremos que cambiar nuestras
suposiciones sobre las condiciones que se requieren para el crecimiento de
sólidos”, afirma.
La mayor resolución proporcionada por ALMA, comparada con la de telescopios
anteriores, también ha permitido al equipo localizar gas monóxido de carbono
alrededor de la enana marrón. De hecho, es la primera vez que se detecta gas
frío molecular en este tipo de discos. Este descubrimiento, junto con el de los
granos de tamaño milimétrico, sugiere que el disco es más parecido a los que se
encuentran en torno a estrellas jóvenes de lo que se creía.
Ricci y sus
colegas llevaron a cabo este descubrimiento utilizando parte de las antenas de
ALMA instaladas en el desierto chileno, que se encuentra a una gran altitud.
ALMA es un conjunto de antenas de gran precisión que aún está en construcción.
Las antenas trabajarán conjuntamente como si fueran un solo telescopio para
observar el universo en gran detalle y con una gran precisión.
ALMA 've'
el Universo en longitudes de onda milimétrica y submilimétrica, invisibles para
el ojo humano. Se espera que la construcción de ALMA termine en el año 2013,
pero los astrónomos iniciaron las observaciones con un conjunto parcial de las
antenas de ALMA en 2011.
Los astrónomos apuntaron ALMA hacia la joven
enana marrón ISO-Oph 102, también conocida como Rho-Oph 102, en la región de
formación estelar de Rho Ofiuco, en la constelación de Ofiuco (El Portador de la
Serpiente). Con unas 60 veces la masa de Júpiter, pero solo 0,06 veces la masa
del Sol, la enana marrón tiene muy poca masa para iniciar las reacciones
termonucleares por las cuales brillan las estrellas. Aún así, emite calor,
generado por sus lentas contracciones gravitatorias, y brilla con un color
rojizo, aunque mucho menos que una estrella.
Los telescopios recogieron
la luz de longitudes de onda en torno a un milímetro, emitida por el disco de
material calentado por la enana marrón. Los granos del disco no emiten mucha
radiación en longitudes de onda más largas que su propio tamaño, por lo que en
longitudes de onda mayores puede medirse un característica disminución en el
brillo.
Los astrónomos compararon el brillo del disco en longitudes de
onda de 0,89 mm y 3,2 mm. La disminución en el brillo de 0,89 mm a 3,2 mm no fue
tan brusca como se esperaba, lo que demuestra que algunos de los granos miden un
milímetro o son incluso mayores.
“ALMA es una herramienta nueva y potente
para resolver misterios sobre la formación de sistemas planetarios”, afirma
Leonardo Testi, del Observatorio Europeo Austral (ESO), miembro del equipo de
investigación. Testi también señaló que “Intentar hacer lo mismo con telescopios
de generaciones anteriores habría requerido casi de un mes de observaciones —
algo imposible en la práctica. Pero utilizando tan solo una cuarta parte delo
que será el conjunto final de antenas de ALMA ¡pudimos hacerlo en menos de una
hora!”.
En un futuro próximo, el conjunto ALMA será lo suficientemente
potente como para tomar imágenes detalladas del disco que rodea a Rho-Oph 102 y
de otros objetos. Ricci explicó que “Pronto seremos capaces, no solo de detectar
la presencia de pequeñas partículas en los discos, sino de saber cómo se
reparten a lo largo del disco circumestelar y cómo interactúan con el gas que
también hemos detectado en el disco. Esto nos ayudará a comprender mejor cómo se
forman los planetas”. (Fuente: ESO)
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