Las estrellas más calientes y masivas no viven lo suficiente como para
dispersarse por otras zonas de la galaxia. En vez de eso, se encuentran cerca de
las nubes de gas y polvo de donde se forman y donde pueden explotar como
supernovas después de unos pocos millones de años.
Estas estrellas pueden
estar desde muy atadas gravitacionalmente unas a otras, formando cúmulos muy
densos, hasta muy poco atadas, constituyendo entonces grupos con menor cohesión,
conocidos como asociaciones estelares. En particular, destacan las asociaciones
OB, llamadas así porque sus soles integrantes son de las clases estelares O y B,
básicamente estrellas gigantes azules o blancuzcas.
Una de las
asociaciones OB más cercanas y más ricas de nuestra galaxia es Cygnus OB2, que
se encuentra a unos 4.700 años-luz de distancia y alberga a unas 3.000 estrellas
de alta temperatura, incluyendo alrededor de 100 de la clase O. Con masas de no
menos de diez veces la del Sol, y con temperaturas superficiales entre 5 y 10
veces mayores, estas enormes estrellas inundan su entorno con una intensa luz
ultravioleta y poderosos vientos estelares (flujos muy tenues de gas a elevada
temperatura).
Dos de estas estrellas se pueden encontrar en el intrigante
sistema binario conocido como Cygnus OB2 #9. En 2011, el satélite Swift de la
NASA, el observatorio XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea, y varios
observatorios terrestres, participaron en una campaña para hacer un seguimiento
de la pareja de estrellas gigantes mientras éstas se dirigían hacia el punto de
máxima aproximación entre ambas.
Ahora, los primeros resultados de la
campaña han sido presentados públicamente, dando una imagen más detallada de las
estrellas, sus órbitas y la interacción de sus vientos estelares.
Los nuevos datos indican que Cygnus OB2 #9 es un sistema binario masivo con
estrellas similares en masa y luminosidad, siguiendo órbitas muy excéntricas y
largas. La estrella más masiva en el sistema tiene alrededor de 50 veces la masa
del Sol, y su compañera es un poco más pequeña, con unas 45 masas solares. En su
punto de máxima aproximación, estos titanes estelares están separados por menos
de tres veces la distancia media de la Tierra al Sol.
Las estrellas de
tipo O son tan luminosas que la presión de su luz literalmente expulsa material
de su capa superficial, creando flujos de partículas con velocidades de varios
millones de kilómetros por hora. La coexistencia de dos de estas gigantescas
estrellas en el mismo sistema acarrea una violenta colisión entre sus vientos
durante buena parte de su órbita o incluso a lo largo de toda ella, generando
esto emisiones de ondas de radio y rayos X.
Dos conjuntos de mediciones
tomadas con 5,5 días de separación, cerca del momento de llegada al punto de
máxima aproximación entre ambas estrellas de Cygnus OB2 #9, muestran que el
flujo de rayos X se cuadruplicó durante el periodo de máxima cercanía entre las
estrellas. Ésta es una prueba convincente de la interacción entre los feroces
vientos estelares.
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