El presidente de la cumbre del
Clima y ministro francés de Exteriores, Laurent
Fabius, ha reclamado este miércoles celeridad a los representantes
de los 195 países que negocian en París el acuerdo que sustituirá al Protocolo de Kioto. Los trabajos,
según varias fuentes de las negociaciones, van más lento de lo esperado. Por
eso, Fabius ha insistido varias veces en la necesidad de que se den prisa.
"Mi mensaje es claro: hay que acelerar el proceso".
Durante esta semana de
negociaciones, los encargados de abordar el texto tienen un perfil técnico.
Ellos son los encargados de limpiar el borrador de comas y corchetes. Luego, le
tocará el turno a los ministros y a la negociación más política. Fabius ha
insistido este miércoles en que el sábado debe haber ya un texto para la
negociación política.
La mayoría de delegaciones coinciden en que los
primeros días de la cumbre el ritmo de avance en esa limpieza del texto está
siendo lento. "Las negociaciones están teniendo sus altos y sus bajos, hay
muchas comas que se quitan y muchas que se ponen", ha indicado este
miércoles la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas
para el Cambio Climático, Christiana Figueres.
India es uno de los
países que mantiene una postura más dura. Se acoge de forma férrea al principio
de "diferenciación", por el que son los países desarrollados los que
deben llevar la principal carga de los esfuerzos -económicos y de mitigación-
por ser los principales responsables del cambio climático. Y ese debate sobre
la diferenciación se traslada a todos los grupos de negociación del texto.
Figueres no ha querido entrar en este asunto en la conferencia de prensa de
este miércoles. Se ha limitado a recordar que cada país tiene unas
"circunstancias nacionales" particulares.
Tanto Figueres como
Fabius han intentado resaltar las partes más positivas del proceso de París,
como la presencia el día de la inauguración de alrededor
de 150 jefes de Estado. Figueres ha aplaudido que el cambio
climático haya entrado en "la agenda política
internacional". Además, ambos han resaltado que 185 de los 195 países
que participan en esta cumbre han presentado compromisos de reducción de
emisiones antes de la cita de París. Fabius ha recordado que el Protocolo de
Kioto solo cubría el 15% de las emisiones mundiales. "Ahora son el
95%", ha indicado el ministro francés. Pese a este dato positivo, los
compromisos que han presentado esos 185 países no son suficientes para que la
temperatura a final de siglo no suba de media dos grados respecto a los niveles
preindustriales, el objetivo común que se han fijado los Estados. Si no se
aumentan los esfuerzos, el aumento rondaría los tres grados.
En la cumbre del clima de París se intenta sustituir el Protocolo de
Kioto. Pero esta vez, a diferencia del pacto de 1997, la idea es que se
incluyan medidas de reducción de las emisiones responsables del calentamiento
del 100% del planeta y no solo las de los países desarrollados. La agricultura,
la deforestación y los usos del suelo —responsables del 24% de las emisiones
globales— juegan un papel que en Kioto no tuvieron. Cien países tienen medidas
de mitigación en este sector.
"El Protocolo de
Kioto tiene el sello de Europa", explica Charlotte Streck, directora de Climate Focus, una consultora
especializada en cambio climático presente en la cumbre de la capital francesa.
En Europa, resalta esta experta, las políticas sobre deforestación y
agricultura relacionadas con el cambio climático "son las grandes
olvidadas". En el viejo continente, la lucha contra el cambio climático se
ha centrado en el sector energético. Como Europa acabó como el principal motor
de Kioto, el grueso de las medidas se han centrado en transporte y energía en
las últimas décadas.
Pero Streck cree que en el pacto
de París "esto va a cambiar". "Será un acuerdo de todos los
países y de todos los sectores", apunta. La ONU calcula que el 24% de los
gases de efecto invernadero que el hombre expulsa a la atmósfera están
relacionados con la agricultura, la deforestación y los cambios de usos del
suelo.
Entre el batallón de negociadores enchaquetados que recorren las
instalaciones de la reunión de París estos días destaca, de vez en cuando,
algún colorido penacho. Varios representantes de poblaciones indígenas participan
en esta cumbre de la ONU. Jorge Furagaro es el responsable de Cambio Climático
de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca
Amazónica, que agrupa a 5.000 asociaciones de nueve países latinoamericanos.
"Para lo pueblos indígenas, los bosques son su vida", señala.
"Son nuestros centros comerciales, nuestros hospitales, significan nuestro
hogar". Pero esos bosques están amenazados, lo que no solo repercute en
sus formas de vida, sino que también acelera el cambio climático, ya que las
masas forestales contribuyen a capturar y retener el CO2.
No hay comentarios:
Publicar un comentario