Un grupo internacional de astrónomos, en el que participa Miguel Ángel
Pérez-Torres, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), en España,
ha determinado que una de cada cinco supernovas que estallan en galaxias
cercanas pasa desapercibida en los estudios ópticos, una tasa que aumenta hasta
cuatro de cada cinco en el caso de las galaxias lejanas. El estudio, publicado
en la revista The Astrophysical Journal, concuerda con la tasa de formación
estelar que manejan los astrónomos y que había sido discutida en trabajos
anteriores.
Las estrellas con más de ocho veces la masa del Sol,
conocidas como estrellas masivas, son el componente fundamental de la
luminosidad estelar global de las galaxias y constituyen una herramienta para
comprender cómo y a qué ritmo se forman las estrellas. Sin embargo, su estudio
se complica debido al oscurecimiento por el polvo de las regiones centrales de
las galaxias, donde se concentra la natalidad estelar.
Una solución a
este problema reside en el estudio de una de las últimas etapas de su vida: las
explosiones de supernova. "El número de estrellas masivas que explotan en forma
de supernova debe ser equivalente al de estrellas masivas que nacen", señalaba
Seppo Mattila (Univ. Turku, Finlandia), primer autor del trabajo, durante la
segunda reunión LIRG que tuvo lugar la pasada semana en Granada.
Así, el recuento del número de supernovas es un trazador de la tasa de formación
de estrellas masivas y puede utilizarse incluso para determinar la tasa total de
formación estelar. Una herramienta necesaria, porque hace algo más de un año se
publicaba un estudio que sugería que la tasa de formación estelar a lo largo de
la historia del universo era aproximadamente la mitad de la teóricamente
esperada.
"Con este trabajo –apunta Pérez-Torres– demostramos que en
realidad no hay un problema con la tasa de supernovas: cuando se tiene en cuenta
el número de supernovas que no pueden detectarse debido a la enorme cantidad de
polvo que existe en las regiones centrales de estas galaxias, los números casan
muy bien con las predicciones teóricas".
Para determinar el porcentaje de
supernovas 'perdidas', los astrónomos consideraron los escenarios donde se
concentra la formación de estrellas: en el universo cercano tiene lugar, sobre
todo, en galaxias normales con alto contenido en polvo, mientras que en el
universo lejano se aglutina en un tipo de galaxias específico, las galaxias
luminosas y ultraluminosas en el infrarrojo (conocidas como LIRG y ULIRG, por
sus siglas en inglés). Así obtuvieron los porcentajes del 20% y del 80% de
supernovas no observadas.
"Se trata de un resultado prometedor –comenta
Pérez-Torres–, pero necesitamos muestrear un mayor número de LIRG en el universo
local para mejorar la significancia estadística. Nuestro grupo del IAA lidera
las observaciones con redes de radiointerferómetros de estas muestras de
galaxias, y en radio no tenemos problemas de oscurecimiento. Estas observaciones
han sido fundamentales para tener en cuenta cuántas supernovas no se ven –aunque
sí explotan– en las LIRG", concluye el astrónomo. (Fuente: Instituto de
Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC))
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