sábado, 11 de junio de 2016

Puede haber vida en otros mundos desde antes de lo creído

Nuestra Tierra está compuesta en buena parte por rocas de silicatos, posee un núcleo de hierro, y en la corteza hay agua y las formas de vida del planeta. Pero los primeros mundos potencialmente habitables que se formaron en el universo debieron ser muy diferentes. Una nueva investigación, a cargo del equipo de Natalie Mashian, de la Universidad Harvard en Estados Unidos, sugiere que la formación planetaria en el universo temprano pudo crear planetas bastante ricos en carbono en los que serían relativamente abundantes materiales como el grafito, los carburos e incluso el diamante. Los astrónomos podrían hallar estos mundos buscando una rara clase de estrellas.

Tal como señala Mashian, hay buenas razones para creer que la vida extraterrestre estará basada en el carbono, como la de la Tierra, así que los resultados de la nueva investigación reafirman la idea y respaldan además la posibilidad de vida en el universo temprano.

Al principio, el universo estaba compuesto principalmente por hidrógeno y helio, y carecía de elementos químicos como el carbono y el oxígeno, que son necesarios para la vida tal y como la conocemos. Solo después de que las primeras estrellas estallaron como supernovas y sembraron el cosmos con el material que después se incorporó a la segunda generación de estrellas, comenzó a ser posible la formación de planetas como por ejemplo la Tierra y el surgimiento de formas de vida.

Mashian y Avi Loeb, del Centro para la Astrofísica (CfA) en Cambridge, Massachusetts, gestionado conjuntamente por la Universidad Harvard y el Instituto Smithsoniano, todas estas entidades en Estados Unidos, examinaron una clase en particular de estrellas viejas conocidas como estrellas CEMP (por las siglas en inglés de estrellas pobres en metales y enriquecidas con carbono). Estas estrellas "anémicas" contienen solo una cienmilésima del hierro que tiene nuestro Sol, lo que significa que se formaron antes de que el espacio interestelar hubiera sido ampliamente sembrado con elementos pesados.

En esta ilustración, un planeta rico en carbono orbita alrededor de una estrella de aspecto parecido al del Sol, en el universo temprano. Las manchas azules señalan dónde se ha acumulado agua en la superficie del planeta, formando hábitats potenciales para la vida extraterrestre. (Imagen: Christine Pulliam (CfA). Foto del Sol: NASA/SDO)

Estas estrellas son fósiles del universo arcaico. Estudiándolas, podemos observar cómo los planetas, y posiblemente la vida, se iniciaron en el cosmos.

Aunque les faltan hierro y otros elementos pesados en comparación con nuestro Sol, las estrellas CEMP tienen más carbono de lo que se esperaría dada su edad. Esta relativa abundancia influiría en la formación de planetas ya que los esponjosos granos de polvo de carbono se unen entre sí con bastante facilidad y pueden formar mundos tan negros como el alquitrán.

Desde la distancia, estos planetas de carbono serían difíciles de distinguir de mundos más parecidos a la Tierra. Sus masas y tamaños físicos serían similares. Los astrónomos tendrían que examinar sus atmósferas en busca de señales de su verdadera naturaleza. Gases como el monóxido de carbono y el metano envolverían a estos mundos inusuales.

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