martes, 31 de marzo de 2015

Descubren cientos de nuevas galaxias formadas poco después del Big Bang

Científicos de la Colaboración Planck, de la que forman parte investigadores de la Universidad de Oviedo, en España, han descubierto cientos de nuevas galaxias, situadas a gran distancia y que nunca antes habían sido vistas. Las observaciones de los satélites Planck y Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA) han revelado grupos de galaxias llegadas directamente del universo primigenio, entre dos y tres mil millones de años después del Big Bang, y que muestran una altísima formación de nuevas estrellas en su interior, que no se observa en ninguna galaxia actual.

Los resultados del trabajo, publicados esta semana en la revista Astronomy & Astrophysics, se han presentado simultáneamente en el Instituto de Astrofísica Espacial en París, en la sede de la ESA en Holanda y en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA en California. La participación española está integrada por los profesores Luigi Toffolatti, Joaquín González-Nuevo y Francisco Argüeso de la Universidad de Oviedo, junto a Diego Herranz y Laura Bonavera del Instituto de Física de Cantabria. También han participado investigadores de Italia, Reino Unido y Canadá.

En el marco de la Colaboración Planck, los investigadores de la Universidad de Oviedo han efectuado análisis específicos como la detección de objetos compactos (galaxias) en los mapas de todo el cielo proporcionados por el satélite Planck, la creación de catálogos de estas galaxias, clasificándolas en base a sus características de emisión de radiación, o el estudio de las propiedades de emisión y de evolución de las galaxias observadas.

Las galaxias halladas ahora se encuentran en grupos y podrían representar la fase inicial de constitución de los cúmulos de galaxias. Esta formación original, que se buscaba desde hace mucho tiempo, resulta clave para poder entender cómo ha podido la gravedad hacer colapsar las regiones de más alta densidad de materia-energía en el universo primigenio.

“Con un poco de fantasía, podríamos decir que Planck ha descubierto el cofre del tesoro al hallar estos grupos compactos de galaxias en el universo más lejano y Herschel ha mirado en su interior para descubrir las brillantes monedas de oro allí escondidas: las galaxias de alta formación estelar”, ejemplifica el profesor Toffolatti. “Estoy especialmente satisfecho con este descubrimiento porque confirma nuestras predicciones hechas hace diez años. Y en segundo lugar, porque, con este excelente resultado, tenemos otra confirmación más de la versatilidad y de la potencia de los dos satélites”, remarca el profesor.

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Candidatos de protocúmulos galácticos detectados por Herschel y Planck. (Foto: ESA)

"Inmediatamente nos impresionaron los fuertes brillos y las densidades en el cielo de estas galaxias. Encontrar tantas galaxias en las que se forman estrellas tan intensamente en grupos tan pequeños fue una gran sorpresa. Creemos que esta es la pieza que faltaba sobre la formación de la estructura cósmica: grupos de galaxias lejanas con una intensa formación estelar, que son los precursores de los cúmulos de galaxias más grandes de hoy en día", apunta el profesor Hervé Dole, director del estudio. “Sólo estamos al inicio de este proyecto, los resultados más impresionantes están aún por llegar durante los próximos meses”, concluye.

Algunas de las galaxias observadas aparecen como demasiado brillantes respecto al resto porque su imagen está fuertemente amplificada por el efecto de lente gravitatoria. Estas galaxias, con una fuerte formación estelar, podrían ayudar a resolver un problema central en la cosmología: cómo se empezaron a formar las primeras estructuras a gran escala (cúmulos, filamentos, agrupaciones) de las galaxias.

El estudio de esta época temprana de altísima formación estelar –hasta cien o mil veces más alta de lo que se observa en el universo actual– en las regiones (halos) de más alta densidad de materia oscura proporcionará una gran cantidad de información sobre la evolución de las galaxias en el interior de estos primeros grupos.

Estos cúmulos pequeños, son muy importantes para la cosmología, dado que nos ayudan a determinar el contenido de bariones del universo (la materia ordinaria y las partículas elementales de la que estamos hechos nosotros y las estrellas). También permitiría conocer el papel de la materia oscura en la evolución de la estructura a gran escala y proporcionar información detallada sobre posibles desviaciones respecto al modelo más simple del universo temprano más aceptado actualmente. Por sus características de observación, el satélite Planck puede encontrar muchos de estos objetos raros en todo el cielo, mientras que Herschel puede estudiarlos con mucho más detalle. (Fuente: Universidad de Oviedo)

viernes, 27 de marzo de 2015

PAGINA DE FACEBOOK

El grupo de astronomía de la Biblioteca Sarmiento de Valentin Alsina Lanus Bs.As. creo una pagina de facebook  llamada:


Grupo de Astronomia Orion


lunes, 23 de marzo de 2015

¿Marsopa o pingüino?

¿Qué ves en esta fotografía tomada por el Telescopio Espacial NASA/ESA Hubble: una marsopa o un pingüino?

Los astrónomos aficionados utilizan el nombre de cualquiera de estas dos criaturas para referirse a esta hermosa pareja de galaxias. La estructura de tonos azules y rojos que ocupa la mitad inferior de la imagen presenta una curvatura que recuerda a las elegantes formas de un delfín o de una marsopa, y si también se tiene en cuenta el pálido orbe que brilla a su lado, la pareja guarda una sorprendente similitud con un pájaro o un pingüino cuidando un huevo.

El ‘cuerpo’ del pingüino es una única galaxia, retorcida, distorsionada y hecha añicos. Esta estructura, conocida como NGC 2936, fue en su día una galaxia espiral como nuestra Vía Láctea, hasta que sus brazos terminaron desgarrados para formar la amalgama de rayos azules, gas brillante y mechas de materia roja que se pueden ver en esta fotografía. Lo que en su día fue el brillante bulbo de la galaxia ahora forma el ‘ojo’ del pingüino.

Esta galaxia ha sido deformada por la interacción con su vecina con forma de huevo, la galaxia elíptica NGC 2937. Juntas forman un par conocido como Arp 142. NGC 2937 puede parecer diminuta en comparación con NGC 2936, pero su influencia gravitatoria es muy fuerte. Estas dos galaxias se están deformando mutuamente, alterando sus respectivas formas y perturbando las estrellas, el polvo y el gas que contienen. En unos mil millones de años se acabarán uniendo para formar una única galaxia, poniendo fin al proceso de fusión que podemos observar hoy en día en todo su esplendor.

(Foto: NASA/ESA/Hubble Heritage Team (STScI/AURA))




Cerca de la parte superior de la imagen se pude ver una estrella muy brillante con una estela azul, pero no es más que otra ilusión óptica. La estrella está mucho más cerca de la cámara que la mancha de color azul, que se corresponde con una galaxia mucho más lejana.

Esta imagen combina las observaciones en las bandas de la luz visible e infrarroja de la Cámara de Gran Angular 3, y fue publicada por primera vez en junio de 2013. (Fuente: ESA)

martes, 17 de marzo de 2015

Nova brillante en Sagitario



Tal y como anuncia la AAVSO en su alerta número 512, el pasado 15 de marzo
 se descubrió una nova brillante en la constelación de Sagitario. 
Fue descubierta por John Seach (Chatsworth Island, NSW, Australia)
 cuando la estrella tenía una magnitud aparente de +6,0. Por tanto se trata de 
un objeto fácilmente observable con prismáticos, si bien, debido a que se
 encuentra en Sagitario (Ver carta superior. Señalada con un círculo. Crédito:
 Stellarium), habrá que esperar hasta poco antes de amanecer para que la
 constelación gane altura y poder realizar la observación en condiciones
 favorables.

Su denominación es PNV J18365700-2855420 o Nova Sagittarii 2015 No. 2.
 Al final del artículo se incluye una carta más detallada con la que se
 puede realizar la fotometría (Para instrucciones detalladas se
 puede consultar el artículo
 Sus coordenadas son: 
      Ascensión Recta: 18h 36m 56.84s
      Declinación: -28º 55' 39.8"


sábado, 14 de marzo de 2015

NUEVA TELE

Diego, un alumno del taller de Astronomía del observatorio de la Biblioteca popular  Sarmiento nos presto una tele de 29 pulgadas que usaremos en el taller  para poder ver vídeos y fotos  conectando la computadora con el cable HDMI ,



Muchísimas gracias Diego.

LISA Pathfinder: quietud máxima para medir el espacio-tiempo

Esta es una imagen detallada de una parte esencial de la carga útil del satélite de la ESA LISA Pathfinder, la misión más inmóvil jamás lanzada al espacio.

Estos 'bloques' transparentes están hechos de material vitrocerámico zerodur ultraestable, empleado para separar y después recombinar un par de haces láser. Han sido alineados con una precisión de milésimas de milímetro sobre la mesa óptica de soporte, fabricada también con vitrocerámica.

El sistema de interferometría laser detectará el más leve movimiento de las dos masas de referencia, de oro y platino, con precisión atómica.

Una de las masas está ya colocada dentro del cilindro situado detrás de la mesa óptica, visible en la imagen, y la otra será instalada en un cilindro idéntico delante de la óptica. Una vez en el espacio ambas masas flotarán libremente, y la nave deberá llevar a cabo las maniobras necesarias para mantenerlas alejadas de las paredes del cilindro que las alberga.

El objetivo es que sobre estas masas de referencia actúe únicamente la fuerza de gravedad, porque así será posible mapear la levísima curvatura del espacio-tiempo.

(Foto: Airbus Defence and Space)


Cuando LISA Pathfinder sea lanzada, en un lanzador Vega a finales de septiembre, volará hasta colocarse en órbita alrededor de un punto virtual en el espacio, el punto de Lagrange 1 (L1), situado a 1.5 millones de kilómetros de distancia; en L1 el efecto de la fuerza gravitatoria que ejercen el Sol y la Tierra se anula.

En este punto L1 la nave puede minimizar la influencia de las perturbaciones externas. Además, la propia nave compensa activamente otras fuerzas que actúan sobre ella – incluso encendiendo propulsores con una fuerza de micro-newtons para compensar el pequeño, pero significativo, empuje de la radiación solar.

La mesa óptica que se muestra aquí ha sido desarrollada para la ESA por la Universidades de Glasgow y Birmingham (Reino Unido). El cilindro que contiene la masa de referencia ha sido desarrollado por CGS, en Milán (Italia), y la integración está siendo llevada a cabo en Airbus Defence and Space en Friedrichshaven (Alemania).

El objetivo de LISA Pathfinder es demostrar las tecnologías necesarias para una futura misión todavía más ambiciosa: una constelación de satélites conectados por haces láser para detectar ondas gravitatorias. (Fuente: ESA)

martes, 10 de marzo de 2015

Aumenta el riesgo de extinción de especies marinas por culpa de actividades humanas

Los esfuerzos de conservación de la naturaleza se están centrando mucho en los animales y plantas que viven en tierra firme. Sin embargo, hay cada vez más pruebas de que la vida marina sufre un problema no menos grave que el de la terrestre: Una de cada cuatro o cinco especies marinas puede estar en peligro de extinción.

La sobrepesca, la contaminación, el cambio climático y la destrucción de hábitats como los arrecifes de coral están poniendo a los mares en dificultades, pero la comunidad científica teme que el riesgo no esté siendo tomado tan en serio como se toma al peligro de la pérdida de animales y plantas que viven en tierra firme. En ese sentido, las especies marinas en riesgo de extinción, excepto quizá las ballenas, son las grandes olvidadas en la concienciación social de la pérdida de biodiversidad.

Panorámica de zona de fondo marino. (Foto: NOAA CCMA Biogeography Team)



Utilizando los datos de conservación más detallados disponibles tanto de organismos marinos como no marinos, Thomas J. Webb y Beth L. Mindel, de la Universidad de Sheffield en el Reino Unido, han mostrado que entre el 20 y el 25 por ciento de las especies bien conocidas que viven en nuestros mares están ahora bajo la amenaza de la extinción, la misma cifra que las plantas y animales que viven en tierra.

Hasta ahora, había existido la suposición general de que, a pesar de las presiones sobre los entornos marinos, como la polución y la sobrepesca, era improbable que las especies marinas fueran a estar en riesgo de extinción. Webb y Mindel han mostrado que aunque ciertamente son muchas menos las especies marinas cuya conservación preocupe, el motivo de ello no es que no corran peligro sino que simplemente ha habido muchas menos especies marinas sobre las que se haya establecido formalmente su estado de conservación.

Esta valoración es un proceso que lleva tiempo y que solo se ha completado para el 3 por ciento de las especies marinas, sin que haya valoraciones de ninguna clase en las tres cuartas partes de los principales grupos de animales y plantas marinos.

Concentrándose en esos grupos de animales y plantas a los que se conoce mejor, y haciendo estimaciones de riesgo de extinción mejor informadas y más fiables, la diferencia entre especies marinas y no marinas desaparece, resultando que en estos grupos alrededor de una de cada cuatro o cinco especies parece tener un riesgo de extinción elevado.

jueves, 5 de marzo de 2015

La bioingeniería podría salvar la biosfera frente al cambio climático

Los miembros de la comunidad científica pronostican que el cambio climático tendrá graves repercusiones en nuestras sociedades. Según los investigadores, el calentamiento global del planeta puede tener efectos desastrosos. Los expertos alertan de que los procesos graduales en el tiempo pueden colapsar repentinamente una vez llegados a un determinado punto crítico.

En este contexto Ricard Solé, director del Laboratorio de Sistemas Complejos del ICREA, en España, afirma, en un trabajo publicado en Ecological Complexity, que "podría existir una solución alternativa: la bioingeniería de los ecosistemas".

En las últimas décadas se han propuesto diversas estrategias para combatir el cambio climático, desde la reducción de las emisiones de efecto invernadero en técnicas de geoingeniería, estrategias frente las que Solé se mantiene escéptico: "El coste de las soluciones propuestas es enorme dada su magnitud de escala y la tecnología necesaria y, posiblemente, insuficiente", manifiesta el autor del trabajo, también científico en el departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud (CEXS) de la UPF.

La alternativa que propone Solé se basa en el concepto de terraformación, un proceso de ingeniería biológica con el que un planeta podría modificar su atmósfera, su temperatura, su topografía y su ecología para tener una biosfera estable.

Esta idea se ha propuesto para la colonización del planeta Marte. Algunos estudiosos sostienen que el planeta rojo podría estar habitado por bacterias capaces de adaptarse a condiciones muy extremas, por lo que estos microorganismos serían la base para el establecimiento de otros organismos más complejos.

Pero a diferencia de la geoingeniería, en la ingeniería biológica, un sistema vivo tiene la capacidad de autorreplicación y de diseminación hasta llegar a la escala deseada dentro de su ecosistema receptor. "En lugar de mirar hacia el planeta rojo, la propuesta sería terraformar nuestro proprio planeta", destaca Solé.

Distribución del dióxido de carbono en la tierra. Imágenes del AIRS, instrumento a bordo de la nave espacial de la NASA Aqua. (Foto: NASA/JPL)


Según el estudio, se podrían diseñar bacterias modificadas para ayudar a recuperar el equilibrio alterado o para alcanzar un nuevo estado estable. Un enfoque basado en ecosistemas sintéticos podría producir organismos con capacidad de crecer y modificar propiedades clave en ecosistemas frágiles, como la retención de agua o la fijación de nitrógeno, alejándose con ello el colapso que supondría una transición abrupta desde un sistema con vegetación en un estado desértico. Este proceso afectaría a muchos hábitats de nuestro planeta.

Colonizar hábitats degradados debido a la actividad humana sería otra de las posibles aplicaciones de los organismos sintéticos. Se podrían por ejemplo emplear para mitigar la acumulación de plástico en los océanos. La combinación de un diseño biológico adecuado y la existencia de barreras ecológicas adecuadamente escogidas podría limitar el potencial de evolución de los organismos introducidos.

Como explica Solé, "todo esto se podría conseguir a escalas de tiempo razonablemente cortas y la propuesta no se limitaría a la captura de dióxido de carbono. Las plantas sometidas a condiciones de estrés podrían mejorar su supervivencia a través de la mejora de las comunidades microbianas del subsuelo".

En este futuro escenario, el científico, experto en sistemas complejos, confirma que para llevar a cabo estos proyectos innovadores se requerirá de la integración de ideas y de la participación de expertos procedentes de muchos ámbitos del conocimiento, como la biología sintética, la ecología, la ingeniería genética, la biología evolutiva, las ciencias del clima, y la biogeografía, entre otros. (Fuente: UPF)

Actividad en 67P / Churyumov-Gerasimenko (Chury)

Las cuatro imágenes superiores fueron tomadas por NavCam a bordo de Rosetta, entre el 25 y el 27 de febrero a un distancia de entre 80 y 100 kilómetros del cometa 67P / Churyumov-Gerasimenko (Chury). Las fotografías han sido procesadas para resaltar la actividad del cometa. Las cuatro imágenes muestran el núcleo en diferentes orientaciones, lo que proporciona una buena visión general de la actividad de Chury.

ESA/Rosetta/NAVCAM – CC BY-SA IGO 3.0

lunes, 2 de marzo de 2015

¿La materia oscura es la culpable indirecta de las extinciones masivas en la Tierra?

Uno de los mayores enigmas de la física actual es el de la materia oscura. Esta constituye una clase desconocida de materia, que nadie ha podido detectar directamente todavía, y que pasa del todo desapercibida excepto por su influencia gravitacional. Los científicos llegaron a la conclusión años atrás de que por todo el universo hay materia extra y oculta, distribuida de un modo que tampoco se corresponde con la simple presencia de agujeros negros convencionales. Esa materia extra, a la que se denominó “oscura”, sería la responsable de algunas cosas buenas, como por ejemplo que las galaxias no se fragmenten en tiras cuando giran sobre sí mismas. Pero también podría tener efectos catastróficos en otras situaciones, como ahora plantea una nueva hipótesis.

Un estudio conducido por Michael Rampino, profesor en la Universidad de Nueva York en Estados Unidos, ha llevado a la conclusión de que la ruta larguísima pero predecible de nuestro sistema solar alrededor y a través del disco de la galaxia podría tener un efecto directo y notable sobre fenómenos geológicos y biológicos que suceden en la Tierra.

la Vía Láctea visto desde una órbita baja alrededor de la Tierra a bordo de la lanzadera espacial Discovery el 18 de abril de 2010. (Foto: NASA)


Específicamente, esa ruta cósmica podría pasar por zonas con una mayor presencia de materia oscura, de tal modo que esta podría perturbar las órbitas de bastantes cometas y otros astros de nuestro sistema solar con órbitas fácilmente influenciables, llevando a alguno a colisionar contra la Tierra. E incluso esa materia oscura extra podría actuar directamente en el núcleo de nuestro planeta, calentándolo más de lo normal. Ambas situaciones tendrían consecuencias violentas y podrían estar conectadas con extinciones masivas.

El disco galáctico es la región de nuestra galaxia la Vía Láctea donde reside nuestro sistema solar. El disco está lleno de estrellas y nubes de gas y polvo, y contiene también concentraciones de la esquiva materia oscura.

Estudios anteriores muestran que el Sol, la Tierra y los demás astros de nuestro sistema solar giran alrededor del centro de la galaxia dando una vuelta entera una vez cada 250 millones de años. Esa ruta de nuestro sistema solar alrededor de la región central de la Vía Láctea lo lleva a cruzar por regiones más densas del disco una vez cada 30 millones de años aproximadamente. Analizando el patrón de las zambullidas de nuestro sistema solar en dichas regiones, Rampino ha visto lo que considera claros indicios de que esas inmersiones están correlacionadas con épocas de impactos de cometas contra nuestro mundo y extinciones masivas de vida en él. La famosa colisión cometaria de hace 66 millones de años que provocó la extinción de los dinosaurios es solo un ejemplo.

¿Qué ocasiona esta correlación de las zambullidas de la Tierra en esas regiones galácticas con los impactos y extinciones que parecen seguirlas?

Según Rampino, al viajar a través de esas regiones más densas, la materia oscura concentrada ahí perturba las rutas de los cometas que normalmente orbitan lejos de la Tierra, en los confines del sistema solar. Esto significa que los cometas que normalmente se mantendrían a gran distancia de la Tierra adoptan en cambio trayectorias inusuales, haciendo que algunos de ellos acaben colisionando con nuestro planeta.

Pero en la hipótesis defendida por Rampino, aún es más destacable la intrigante posibilidad de que, con cada zambullida en las regiones galácticas densas, una cantidad importante de materia oscura pueda aparentemente acumularse dentro del núcleo de la Tierra. Según esta hipótesis, las partículas de materia oscura se acaban aniquilando entre sí, produciendo con ello un considerable calor. Este calor extra podría desencadenar sucesos como un aumento de las erupciones volcánicas, la formación de montañas, inversiones del campo magnético del planeta, y cambios considerables en el nivel del mar, eventos que también parecen mostrar picos cada 30 millones de años aproximadamente. Rampino sugiere por tanto que los fenómenos astrofísicos derivados del tortuoso camino de la Tierra alrededor del centro de la galaxia, y la consecuente acumulación de materia oscura en el interior del planeta, pueden resultar en cambios dramáticos en la actividad geológica y biológica de la Tierra.