lunes, 28 de julio de 2014

Hace 163 años,...

Fotografía tomada por Berkowski del eclipse solar del 28 de julio de 1851


El 28 de julio de 1851, es decir, hace 163 años, se logró fotografiar por primera vez un ecliopse solar con el suficiente detalle como para distinguir la corona de nuestro astro. 
Esta famosa imagen fue obtenida por el fotógrafo Berkowski, desde Prusia (hoy Kaliningrado, Rusia) a través de un heliómetro.

viernes, 25 de julio de 2014

Los neutrinos más masivos descolocan el modelo estándar en cosmología

Los neutrinos, también conocidos como 'partículas fantasma' o ghost particles por su baja probabilidad de interaccionar con la materia, son partículas altamente penetrantes y sin masa apreciable según predice el modelo estándar de la física de partículas. Aunque evidencias experimentales indican que su masa es diferente de cero, el valor exacto de este parámetro todavía no se ha podido determinar. En cosmología, los neutrinos representan una fracción, pequeña pero quizás no despreciable, de la misteriosa materia oscura, que es responsable del 90% de la masa de la galaxia.

Pero modificar el modelo cosmológico estándar para incluir neutrinos de gran masa tampoco explicaría todas las observaciones físicas de forma correcta y simultánea. Así lo indica un nuevo artículo publicado en la revista Physical Review Letters y firmado por Licia Verde, investigadora ICREA del Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona (ICCUB), en España, junto con Boris Leistedt y Hiranya V. Peiris, del University College London (Reino Unido).
La integración de neutrinos muy masivos en el modelo cosmológico estándar no explica todos los conjuntos de datos observados, según el estudio. (Foto: NASA)


Algunos estudios científicos sugieren que la existencia de neutrinos relativamente masivos podría explicar algunas anomalías y observaciones en el universo (entre ellas, el número de cúmulos de galaxias vistos por el satélite Planck). Esta hipótesis de trabajo ampliaría el marco del modelo  cosmológico estándar y tendría implicaciones muy profundas en la cosmología y la física de partículas.

El equipo demuestra que la integración de este tipo de neutrinos tan masivos en el modelo cosmológico estándar no explicaría todos los conjuntos de datos observados. Tal como detalla la investigadora Licia Verde, "en el nuevo artículo demostramos que este nuevo modelo no sería una solución satisfactoria porque mantiene muchas contradicciones; así pues, este no puede ser el modelo correcto del universo".
 Los neutrinos se propagan a velocidades próximas a la de la luz. La gran mayoría de los miles de millones de neutrinos que atraviesan constantemente la Tierra procede del Sol o de la atmósfera terrestre. Pero las explosiones de rayos gamma, la formación de estrellas y otros fenómenos cósmicos también pueden generar estas partículas, que son extremadamente difíciles de detectar.

Grandes equipamientos científicos como el IceCube, un telescopio de neutrinos ubicado en el continente antártico, solo han podido detectar unos pocos neutrinos de alta energía que podrían tener su origen en fuentes cósmicas. Por ello, medir con precisión la masa de estas partículas tan esquivas constituye uno de los grandes desafíos científicos en la física del siglo XXI.

"Las propiedades de los neutrinos también se pueden medir estudiando el cosmos –explica la investigadora Licia Verde–, pero las observaciones cosmológicas todavía no han detectado la masa de los neutrinos. Sabemos que la masa de los neutrinos tiene que estar entre los ~0.05 eV y los 0.2 eV, y entonces la cosmología esta muy muy cerca de verla". Aunque todavía  queda mucho trabajo para asegurar que la medida sea robusta, los expertos esperan que la próxima generación de datos cosmológicos "pueda 'ver' la masa de los neutrinos y  aportar una medida más precisa de la masa de estas partículas".

Licia Verde también forma parte del proyecto internacional Sloan Digital Sky Survey (SDSS-III), uno de los más importantes en el estudio de galaxias, y ha sido miembro del equipo Wilkinson Microwave Anisotropy Probe (WMAP), distinguido con el Premio Gruber de Cosmología 2012 en reconocimiento a sus contribuciones pioneras en el estudio del Universo primitivo. (Fuente: Universidad de Barcelona)

martes, 22 de julio de 2014

El Sol envía más “olas de tsunami” a la Voyager 1

La nave espacial Voyager 1 de la NASA es oficialmente el primer objeto hecho por el hombre en adentrarse en el espacio interestelar. Esta nave, de 36 años de edad, está ahora mismo situada a unos 19 mil millones de kilómetros del Sol.
Esta imagen es una concepción artística de la Voyager 1 adentrándose en el espacio interestelar. El espacio interestelar (entre las estrellas) está dominado por plasma o gas ionizado, que fue eyectado por la muerte de estrellas masivas hace millones de años. En esta imagen, el plasma interestelar se muestra como una neblina de color marrón- naranja.
Crédito: NASA/JPL-Caltech.

Unos datos nuevos e inesperados indican que la Voyager 1 ha estado viajando durante cerca de un año a través del plasma o gas ionizado, presente en el espacio entre las estrellas. La Voyager se encontraba en una zona de transición entre la burbuja solar y el espacio interestelar, donde algunos de los efectos de nuestro Sol siguen siendo evidentes.
La nave espacial Voyager 1 ha experimentado una nueva “ola de tsunami” del Sol, durante su viaje interestelar. Estas olas llevaron a los científicos a la conclusión de que, por el otoño del 2013, la Voyager ya había dejado la burbuja de nuestro Sol, adentrándose en el espacio interestelar.
Ed Stone, del Instituto de Tecnología de California en Pasadena y científico de esta misión desde 1972, dijo: “Normalmente, el espacio interestelar es como un lago tranquilo. Pero cuando nuestro Sol eyecta una ráfaga (viento solar), envía una onda de choque hacia el exterior que alcanza la Voyager un año más tarde. Esta onda hace que el plasma que rodea a la nave espacial empiece a brillar y a sonar”.
Los datos más recientes de la última onda de tsunami generada por el Sol nos confirman que la Voyager 1 ya está en el espacio interestelar – una región entre las estrellas llena de una sopa fina de partículas cargadas, también conocido como plasma. La misión todavía no ha salido del sistema solar – aún tiene que alcanzar el último halo de cometas que rodean a nuestro sol – pero si que salió de la burbuja, o heliosfera, que envuelve al Sol. La Voyager es la sonda hecha por el hombre que está más lejos de la Tierra, y la primera en adentrarse en la inmensidad del mar entre las estrellas.
Ed Stone dijo: “Ahora que tenemos nuevos datos, creemos que este es un salto histórico de la humanidad hacia el espacio interestelar. El equipo de Voyager necesitaba tiempo para poder analizar esas observaciones y darles sentido. Pero ahora podemos responder a la pregunta que todos nos hemos estado haciendo: ¿Hemos llegado ya al espacio interestelar? La respuesta es sí”.
Don Gurnett, de la Universidad de Iowa, y el investigador principal del instrumento de ondas de plasma en la Voyager (que detectó las ondas del Sol), dijo: “No todo está tranquilo alrededor de la Voyager. Estamos muy contentos de analizar estos nuevos datos. Hasta el momento, podemos decir que se confirma que estamos en el espacio interestelar”.
Nuestro Sol está pasando por un período de actividad solar intensa, en donde expulsa de forma explosiva el material de su superficie, arrojándolo hacia fuera. Estos eventos, llamados eyecciones de masa coronal, generan unas ondas de choque o de presión. Tres de estas ondas han llegado a la Voyager 1 desde que entró en el espacio interestelar en el año 2012. La primera onda fue demasiado pequeña como para ser notada y sólo se descubrió más tarde, pero la segunda fue claramente registrada por los instrumentos de rayos cósmicos de la nave espacial en Marzo de 2013.
Los rayos cósmicos son partículas cargadas y muy energéticas que vienen de las estrellas cercanas de nuestra Galaxia, la Vía Láctea. Las ondas de choque de nuestro Sol empujan a estas partículas como boyas en un tsunami. Los datos tomados por el instrumento de rayos cósmicos dan a los investigadores una prueba definitiva de que una onda de choque ha alcanzado a la nave.
Mientras tanto, otro instrumento en la Voyager también registra las ondas de choque. El instrumento de ondas de plasma puede detectar oscilaciones en los electrones del plasma.
Stone dijo: “La ola del tsunami toca el plasma como una campana y lo hace vibrar. Si bien el instrumento de ondas de plasma nos permite medir la frecuencia de este sonido, el instrumento de rayos cósmicos revela lo que golpeó al plasma – la onda de choque del Sol”.
Este sonido del plasma es lo que nos dio la evidencia clara de que la Voyager 1 ya se había adentrado en el espacio interestelar. Debido a que el plasma denso oscila más rápido, el equipo fue capaz de averiguar la densidad del plasma. En el 2013, gracias a la segunda ola de tsunami, el equipo adquirió evidencia de que la Voyager había estado atravesando, durante un año, un plasma que era 40 veces más denso que el anterior – un indicador del espacio interestelar.
¿Por qué es más denso ahí fuera? Los vientos del Sol soplan y empujan el material hacia fuera.
Ahora, el equipo cuenta con nuevos datos de una tercera ola del Sol, registrados en Marzo de este mismo años. Estos datos muestran que la densidad del plasma es similar a la que se midió previamente, confirmando que la nave espacial ya está en el espacio interestelar. Gracias a las olas del Sol, la Voyager tiene la oportunidad de escuchar el canto del espacio interestelar – un lugar que normalmente es silencioso.
La Voyager 1, y su gemela, la Voyager 2, fueron lanzadas en 1977 con 16 días de separación. Ambas naves sobrevolaron Júpiter y Saturno. La Voyager 2 también voló por Urano y Neptuno. La Voyager 2, lanzada antes de la Voyager 1, es la nave espacial que ha estado operando durante mucho más tiempo, y se espera que entre en el espacio interestelar dentro de unos pocos años.
Estas naves fueron construidas en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de Caltech, donde se siguen operando. La misión interestelar de las Voyagers forma parte del Observatorio del sistema heliofísico de la NASA, patrocinado por la división de Heliofísica de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA en Washington. La Red de Espacio Profundo de la NASA, dirigida por el JPL, es una red internacional de antenas que respalda las misiones interplanetarias de las naves espaciales, y también las observaciones astronómicas en ondas de radio y de radar para la exploración del sistema solar y del Universo. La red también es compatible con algunas de las misiones en órbita terrestre.
John Grunsfeld, administrador asociado de la NASA para la ciencia en Washington, dijo: “Voyager ha ido audazmente a donde ninguna otra sonda ha llegado antes, marcando uno de los logros tecnológicos más importantes en los anales de la historia de la ciencia, y ha añadido un nuevo capítulo en los sueños de los científicos y en las empresas humanas. Quizás algunos futuros exploradores del espacio profundo se pondrán al día con la Voyager, le primera nave interestelar, y reflexionarán sobre cómo esta nave intrépida ayudó a hacer posible su viaje”.
Los científicos todavía no saben cuándo la Voyager 1 llegará a la zona tranquila del espacio interestelar, fuera del alcance de nuestro Sol.

sábado, 19 de julio de 2014

Explosiones extremas

El espectro electromagnético es muy amplio, abarcando desde los
 rayos gamma de alta energía a las débiles ondas de radio. Las diferentes
 clases de telescopios e instrumentos están optimizados para 
estudiar distintas regiones de este espectro. Por ejemplo, los
 observatorios espaciales XMM-Newton e Integral de la ESA
 estudian el Universo de alta energía, explorando el firmamento en
 busca de rayos X y gamma.

El resplandor azul mostrado en esta imagen es una representación
 artística de una de estas fuentes de radiación de alta energía: un brote 
de rayos gamma. 



Estos destellos son fenómenos
 extraordinariamente energéticos
 que se producen cuando una 
estrella explota al final de 
su vida, emitiendo una potente 
corriente de rayos gamma que 
puede durar entre unos pocos 
segundos y varias horas. 
A medida que se va disipando,
 la explosión deja un resplandor 
más débil que se puede detectar
 en la banda de los rayos X, de la
 luz visible e incluso en las ondas 

de radio.

El observatorio Integral de la
 ESA es capaz de estudiar estos
 potentes destellos. No obstante,
 las explosiones de rayos gamma suelen ser muy breves y es
 extremadamente difícil apuntar el telescopio
 hacia la fuente a tiempo para observar el destello. Afortunadamente,
 Integral y XMM-Newton también son capaces de detectar y analizar el 
resplandor que queda en la banda de los rayos X, lo que permite determinar
 la composición y la ubicación del brote de rayos gamma original.

jueves, 17 de julio de 2014

Las parejas de estrellas son más comunes de lo creído

La formación de estrellas en parejas en vez de aisladamente es más habitual de lo que se ha venido asumiendo, sobre todo para las estrellas de gran masa. Para las de este tipo es francamente raro que sean solitarias. Estas son las conclusiones a las que se ha llegado en una nueva investigación llevada a cabo por astrónomos de la Universidad del Ruhr en Bochum, Alemania, mediante el observatorio que esta institución tiene en Chile.

El telescopio infrarrojo del observatorio apunta hacia un sector de la Vía Láctea. (Foto: © RUBIN, Cátedra de Astrofísica de la Universidad del Ruhr)


Desde hace varios años, el equipo de Rolf Chini ha estado observando 800 objetos celestes que son hasta cien veces más pesados que nuestro Sol. Más del 90 por ciento han resultado constituir sistemas múltiples. Estos datos apoyan la teoría que afirma que las estrellas pesadas son formadas como gemelas.

Entre otras cosas, el análisis de los datos ha revelado que las estrellas en sistemas múltiples suelen tener una compañera con la misma masa. Tal como señala Chini, esto no es una simple coincidencia: ¿Por qué una estrella con 50 masas solares debería formar pareja binaria, de entre todas las estrellas posibles en su vecindario, con otra también de unas 50 masas solares? Sería mucho más fácil para la estrella atraer a otra de sólo una masa solar. Muy probablemente, el proceso de formación de las estrellas es lo que proporciona la explicación para esta situación: Los objetos celestes se originan a partir de nubes de gas y polvo cuya densidad aumenta lo suficiente; en la etapa final de contracción y condensación, la nube tiende a dividirse en dos partes de tamaños muy similares; he aquí los embriones de dos estrellas de masa muy parecida, que nacerán como pareja y, salvo que algo las separe, permanecerán como tales.

miércoles, 16 de julio de 2014

La violenta infancia del Sol podría resolver el misterio de los meteoritos

Al estudiar la truculenta infancia de estrellas parecidas a nuestro Sol con el observatorio espacial Herschel de la Agencia Espacial Euriopea (ESA), los astrónomos han descubierto que los poderosos vientos estelares podrían ser la clave para resolver el misterio de los asteroides en nuestro sistema solar, señala la agencia en un comunicado.
Nebulosa Cabeza de Caballo captada por el observatorio espacial Herschel. / ESA
A pesar de su pacífica apariencia en el cielo nocturno, las estrellas son hornos abrasadores que entran en funcionamiento a través de violentos procesos. Nuestro Sol, de 4.500 millones de años, no es una excepción. Para poder analizar su dura infancia, los astrónomos recogen pruebas en el sistema solar y estudiando otras estrellas jóvenes de nuestra galaxia. 
Un equipo de astrónomos, mientras utilizaba los datos de Herschel para estudiar la composición química de las regiones donde se están formando estrellas en la actualidad, descubrió que una de ellas era diferente. 
El inusual objeto es una prolífica guardería estelar conocida como OMC2 FIR4, una aglomeración de nuevas estrellas inmersas en una nube de polvo y gas cerca de la conocida Nebulosa de Orión.
“Nos sorprendió descubrir que la proporción de dos compuestos químicos, uno basado en el carbono y en el oxígeno y el otro en el nitrógeno, era mucho menor en este objeto que en cualquier otra protoestrella conocida”, explica Cecilia Ceccarelli, del Instituto de Planetología y de Astrofísica de Grenoble, Francia, que dirigió este estudio junto a Carsten Dominik de la Universidad de Ámsterdam. 
Astrónomos del observatorio Herschel descubrieron una aglomeración de nuevas estrellas en una nube de polvo y gas cerca de la Nebulosa de Orión
En un entorno extremadamente frío, esta inusual proporción podría indicar que uno de los componentes está congelado, formando granos de polvo y volviéndose indetectable. Sin embargo, esto no debería ocurrir a las temperaturas relativamente ‘altas’ que se pueden encontrar en las regiones de formación de estrellas como OMC2 FIR4, de unos -200 °C. 
Fuerte viento de partículas
“La causa más probable en este entorno sería un fuerte viento de partículas muy energéticas, liberado por al menos una de las estrellas embrionarias que se están formando en la región”, añade Ceccarelli. 
Los rayos cósmicos, unas partículas energéticas que impregnan toda la Galaxia, pueden disociar las moléculas de hidrógeno, las más abundantes en las nubes de formación de estrellas. Los iones de hidrógeno quedan así libres para combinarse con otros elementos también presentes en su entorno, aunque en una proporción mucho menor, como el carbono, el oxígeno o el nitrógeno. 
Normalmente los compuestos de nitrógeno también se destruyen con rapidez, y el hidrógeno se vuelve a combinar con el carbono y con el oxígeno. Al final, éste último compuesto es mucho más abundante que el primero en todas las guarderías estelares conocidas. 
Sin embargo, esto no sucede en OMC2 FIR4, lo que sugiere que el viento de partículas energéticas está destruyendo las dos especies químicas, manteniendo sus concentraciones a un nivel bastante parecido. 
Los astrónomos piensan que en el Sistema Solar primitivo también sopló un viento igual de violento, y esta hipótesis podría ayudar a explicar el origen de un elemento químico muy especial detectado en los meteoritos.

lunes, 14 de julio de 2014

El calentamiento global afecta ya a la temperatura de las cuevas

David Domínguez Villar, investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), en España, acaba de publicar en Climate Dynamics, una de las revistas sobre Ciencias de la Tierra de mayor impacto, un artículo sobre la cueva de Postojna, en el que se demuestra por primera vez que el calentamiento global está afectando a la temperatura de las cuevas, a pesar de ser entornos de gran estabilidad frente a los cambios climatológicos.

Este artículo, que se centra en las investigaciones llevadas a cabo en una de las galerías de esta cueva eslovena, monitoreada entre 2009 y 2013, describe por primera vez con precisión los múltiples procesos que afectan a la temperatura de las cuevas, como el proceso de advección, esto es, corrientes de aires que se producen por diferencias de densidad o de presión, “aunque el mecanismo de transmisión de calor más determinante es la conducción”, afirma Domínguez Villar.

Cueva de Postojna. (Foto: CENIEH)


La variabilidad térmica de la galería que se encuentra aislada del resto de esta cueva Patrimonio de la Humanidad está dominada por la conducción de calor desde la superficie a través de la roca. “A pesar de que las cuevas suelen tener una temperatura muy estable con independencia de las condiciones climáticas cambiantes del exterior, hemos desarrollado un modelo de conducción térmica que reproduce los gradientes térmicos de baja frecuencia, esto es, a largo plazo, que confirma que el calentamiento que registra la cueva tiene relación directa con el cambio del clima en la superficie”, declara Domínguez Villar.

La profundidad es un factor decisivo para saber si una cueva ya ha registrado el inicio del calentamiento global, y a 37 metros de esta galería, conocida como sala Blanca y Roja, el modelo confirma que ya se está registrando el calentamiento global exterior, pero con un retraso de 20 años, y predice un calentamiento de la cueva durante las próximas décadas.

Como ha explicado este geólogo del CENIEH, es importante conocer los cambios en la temperatura ya que pueden afectar a la ventilación, lo que a su vez puede provocar procesos de corrosión por condensación de la humedad de la atmósfera. “Y estos procesos podrían resultar críticos para la gestión de cuevas turísticas, como la de Postojna, la más visitada de Europa, así como para la conservación del patrimonio, especialmente del arte rupestre”, concluye.

En este artículo titulado Is global warming affecting cave temperatures? Experimental and model data from a paradigmatic case study, también han colaborado Sonja Lojen (Jozef Stefan Institute, Eslovenia), Kristina Krklec (University of Zagreb, Croacia), Andy Baker (University of New South Wales, Australia) e Ian J. Fairchild (University of Birmingham, Reino Unido). (Fuente: CENIEH/DICYT)

viernes, 11 de julio de 2014

Descubren siete galaxias enanas nuevas

Esta imagen muestra el campo de visión del Dragonfly Telephoto Array, centrado en M101. Los recuadros muestran en grande las siete galaxias recién descubiertas. Crédito: DTA / Yale University

Astrónomos de la Universidad de Yale han descubierto recientemente siete sorpresas celestes, mientras estudiaban una galaxia espiral cercana con un nuevo tipo de telescopio construido juntando varios teleobjetivos. Las galaxias recién descubiertas pueden proporcionar datos importantes sobre la materia oscura y la evolución de las galaxias, al tiempo que posiblemente estén señalando el descubrimiento de una nueva clase de objetos en el espacio.
Por ahora, los científicos saben que han encontrado un septuplete de galaxias nuevas que previamente habían pasado por alto debido a su naturaleza difusa. Las fantasmales galaxias aparecieron en el firmamento cuando el equipo de astrónomos realizó las primeras observaciones con el telescopio "casero".
Pieter van Dokkum, director del departamento de astronomía de Yale, diseñó el telescopio robótico junto con el astrónomo Roberto Abraham, de la Universidad de Toronto. Su Dragonfly Telephoto Array emplea ocho teleobjetivos con recubrimientos especiales que suprimen la luz dispersa en su interior. Esto hace que el telescopio sea especialmente adecuado para detectar el brillo superficial bajo y difuso de las galaxias recién descubiertas.
"Son el mismo tipo de objetivos que se emplean en acontecimientos deportivos, como la Copa del Mundo. Pero decidimos apuntarlos hacia arriba", comenta van Dokkum. "Sabíamos que existía todo un conjunto de preguntas científicas que podrían ser respondidas si pudiéramos observar objetos difusos del cielo", añade van Dokkum. Además de descubrir nuevas galaxias, el equipo está buscando restos de antiguas colisiones entre galaxias.

sábado, 5 de julio de 2014

Un cúmulo de estrellas catapultado hacia fuera de su galaxia

Se ha descubierto un cúmulo globular entero arrojado hacia fuera de su galaxia, M87, y acercándose hacia nosotros a una velocidad de más de tres millones de kilómetros por hora (más de 2 millones de millas por hora). El cúmulo recién descubierto, al cual se le ha dado el nombre de HVGC-1, está ahora en un rápido viaje sin destino concreto. Volará a la deriva a través del vacío intergaláctico para siempre.

Los astrónomos anteriormente ya habían descubierto estrellas fugadas de sus galaxias, pero ésta es la primera vez que se descubre a un cúmulo de estrellas que se ha escapado de su galaxia.

Los primeros sorprendidos ante este cúmulo estelar errante han sido los autores del hallazgo, el equipo de Jay Strader, de la Universidad Estatal de Michigan, y Nelson Caldwell, del Centro para la Astrofísica (CfA) en Cambridge, Massachusetts, gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, todas estas entidades en Estados Unidos.

Los cúmulos globulares son reliquias de los inicios del universo. Estos grupos suelen contener miles de estrellas hacinadas en un espacio de unas pocas decenas de años-luz de diámetro. La Vía Láctea es el hogar de cerca de 150 cúmulos globulares. La galaxia elíptica gigante M87, en cambio, alberga miles.

¿Cómo HVGC-1 fue impulsada hasta adquirir semejante velocidad? Los astrónomos no están seguros, pero creen que puede darse un escenario plausible si M87 tiene un par de agujeros negros supermasivos en su núcleo y el cúmulo de estrellas pasó demasiado cerca de ellos. El feroz tirón gravitatorio ejercido por los agujeros negros arrancó muchas de las estrellas más exteriores del cúmulo, pero el denso núcleo de éste se mantuvo intacto. La compleja combinación de efectos gravitatorios, a modo de partida de billar cósmico, acabó acelerando de manera tremenda la velocidad del cúmulo por el espacio hasta arrojarle hacia fuera de la galaxia mediante ese impulso extra

¿



HVGC-1 se está moviendo tan rápido que abandonará para siempre su galaxia. De hecho, puede que ya haya salido de ella y esté adentrándose en el espacio intergaláctico.

M87, la galaxia de la que se está fugando el velocísimo cúmulo HVGC-1, es una elíptica supergigante, que pesa lo mismo que 6 billones de estrellas como el Sol, por lo que es una de las galaxias más masivas de nuestro sector del universo.

El descubrimiento de HVGC-1 sugiere que el núcleo de M87 no tiene uno, sino dos agujeros negros supermasivos. Esto debe ser el resultado de una colisión de mucho tiempo atrás entre dos galaxias, las cuales se combinaron para formar una única galaxia gigante. El mismo destino le espera a nuestra galaxia la Vía Láctea, que chocará con la galaxia de Andrómeda dentro de unos pocos miles de millones de años para crear una galaxia elíptica a la que los astrónomos han dado el nombre de Lactómeda. Conviene aclarar que una colisión entre galaxias no implica que los astros de una choquen con los de la otra, salvo en un pequeño porcentaje de casos, esencialmente de los núcleos de ambas.


jueves, 3 de julio de 2014

La corona solar es mayor de lo que se creía

Un reciente análisis de observaciones ha permitido descubrir que la atmósfera exterior del Sol, o corona solar, es mayor de lo que se pensaba, extendiéndose a unos 8 millones de kilómetros (5 millones de millas) por encima de la superficie del Sol, el equivalente a 12 radios solares.

Los autores del nuevo análisis utilizaron estas observaciones de la atmósfera del Sol (la brillante luz de la estrella está bloqueada por el círculo negro en el centro), hechas por los satélites gemelos STEREO, para definir los límites exteriores de la atmósfera del Sol, la corona solar. (Imagen: NASA / STEREO)


Estas observaciones, realizadas por los satélites gemelos STEREO (Solar TErrestrial RElations Observatory), y analizadas por el equipo de Craig DeForest, del Instituto de Investigación del Sudoeste, en Boulder, Colorado, Estados Unidos, proporcionan las primeras mediciones directas de los límites internos de la heliosfera, la gigantesca burbuja de partículas solares muy esparcidas que rodea al Sol y a todos sus planetas.

En combinación con mediciones del límite exterior de la heliosfera, hechas por la sonda espacial Voyager-1 (el primer objeto de fabricación humana en alcanzar el espacio interestelar), las observaciones de la misión STEREO han permitido por fin poder definir con suficiente fiabilidad la extensión de esta burbuja local completa.

Los resultados del nuevo análisis refuerzan además la confianza en el éxito de la futura misión Solar Probe Plus, de la NASA, prevista para ser lanzada en 2018 y cuyo objetivo es llegar más cerca del Sol que lo conseguido por cualquier otra nave fabricada por el Hombre hasta la fecha.

En esta misión, se harán mediciones directas de la densidad, velocidad y valores del campo magnético del material solar detectado en la región cercana al Sol en la que se adentrará esa sonda espacial. Con su misión, la comunidad científica espera aclarar algunos enigmas sobre cómo se generan el movimiento y el calor en la corona y el viento solares.

Con acceso directo a la atmósfera del Sol, la Solar Probe Plus revolucionará nuestro conocimiento del origen y evolución del viento solar.